Entrevista / Revelan sus secretos de amor
| Autor | Jonathan Garavito |
El amor, la venganza y la infidelidad enmarcarán las vidas de Laura, Santiago y Marcos, quienes vivirán un triángulo amoroso dentro de la telenovela Montecristo, que se estrena hoy, a las 21:00 horas, por Azteca 13.
Silvia Navarro, Diego Olivera y Omar Germenos, protagonistas del melodrama, confiesan a Gente! que se sienten identificados con sus personajes... incluso más de lo que hubieran imaginado.
¿Alguna vez has sido infiel?
Silvia Navarro: No, y espero que tampoco lo hayan sido conmigo. Al menos yo no me enteré.
Diego Olivera: Me han sido infiel, yo también lo he hecho y fue terrible, la pasé muy mal, porque después tuve que reencontrarme con mi autoestima, porque la confianza se puede destruir en unos segundos y tarda mucho recobrarse.
Omar Germenos: ¿Para qué jugamos al santo? Cuando era irresponsable y tonto, puse el cuerno, y también me lo pusieron. Uno casi siempre tiene lo que se merece, me di cuenta a tiempo.
¿Eres vengativo?
SN: Creo que cuando haces algo malo siempre tienes un castigo, pero no necesariamente de parte de quien agrediste; por cuestiones de la vida terminas pagando.
DO: Para nada, aunque he tenido pequeños momentos en los que he albergado sentimientos oscuros.
OG: Yo no lo soy, en realidad me considero una persona que siempre busca la justicia.
¿Has sido parte de un triángulo amoroso?
SN: Cuando estaba en la prepa, dos primos discutían porque querían que anduviera con uno de ellos, pero me les fui del rancho, cuando vivía en Irapuato.
DO: Una sola vez, en la adolescencia, cuando le pedí de favor a mi mejor amigo que no cortejara a una chica que me gustaba y todo me salió mal, porque ella estaba enamorada de él.
OG: No, el único trío en el que he participado fue uno de música jaranera en Veracruz, yo tocaba la guitarra y nos fue del caramba y no me quedaron ganas de hacerlo otra vez.
¿Eres celoso?
SN: Soy muy celosa, pero trato de controlarme, porque puedes perder mucho por una tontería.
DO: Sólo lo necesario, lo normal, para que la otra persona se sienta bien. Tampoco me gusta que lo sean conmigo, sólo en el grado de demostrarme amor, pero no en la idiotez enfermiza.
OG: Sí, todos los somos de alguna manera, los celos alimentan la inseguridad que uno pueda tener. Más que combatirlos, hay que alimentar la seguridad para tener la sensatez que son síntomas animales de que, si te descuidas, te pueden comer.
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