Entrevista / Regresa al cuento Enrique Vila-Matas
| Autor | Carlos Rubio |
Corresponsal
MADRID.- Han sido más de diez años de preparación hasta que el escritor catalán Enrique Vila-Matas, con la escritura de su más reciente libro, Exploradores del abismo (Anagrama), ha podido dar con lo que son sus códigos, claves y equilibrios correctos.
"Ahora mejor que antes puedo entrar y salir más libremente de los distintos temas de mi obra", asegura.
Es cierto, admite el escritor en entrevista, que gracias a lo que se ha dado en llamar su "Trilogía de la Catedral Metaliteraria", compuesta por Bartleby y compañía, El mal de Montano y Doctor Pasavento, Vila-Matas ha ido sintiéndose cada vez más cómodo con una escritura que, en esta ocasión, ha vuelto a dar un giro inesperado.
"Tenía la sensación de que me había situado en una casa para siempre, y ahí fue donde sonó la alarma y creí comprender que no podía cometer el error de instalarme en la comodidad de mi propio invento", explica.
Así fue cómo Vila-Matas (Barcelona, 1948) empezó a plantearse, como un explorador, la partida en busca de nuevos procedimientos literarios.
"Decidí hacer la aventura de regresar al cuento para ver qué pasaba, por lo que Exploradores del abismo representa mi vuelta al género que había explorado años antes", afirma el autor de Una casa para siempre.
¿Abre la puerta a una exploración en el cuento y el relato que ha estado llevando a cabo en la novela?
Sí. Quería saber qué pasaba cuando después de 12 años de no escribir cuentos ni publicar libros de relatos, volvía a ellos para ver qué diferencias podía haber entre el que escribía antes y el de ahora. Naturalmente lo primero que noté fue que la sombra de la experiencia literaria con la novela se dejaba notar sobre los cuentos, entre otras cosas porque todavía no podía despegarme de su sombra y me demoraba mucho en algunas descripciones y no acababa de entrar en el ritmo del cuento".
Ritmo que pide estar muy en forma en cuanto a concisión y una idea casi acabada. ¿Es así?
En este caso hay dos cuentos que obedecen a esas reglas más clásicas del cuento. Pero por otro lado hay otros cuentos que tienen un tratamiento de novela corta; y también hay cuentos de un folio que vienen a ser casi como poemas o cuentos brevísimos. Así que hay una gama de diferentes longitudes dentro del cuento.
¿Ha tratado usted de romper de alguna forma la mecánica del género o su ortodoxia?
Tengo un estilo, para bien o para mal, que se impone sobre la práctica ortodoxa del cuento. Si antes, hace 12 años, buscaba romper con la...
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