Entrevista / Raúl Salinas de Gortari: 'Yo no fui incómodo'

AutorAlberto Aguirre, Héctor Guerrero y Roberto Zamarripa

Símbolo del abuso, una década en la cárcel, receptor del descontento popular, Raúl Salinas de Gortari está libre. No tiene, jurídicamente hablando, responsabilidad en el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu sobre el cual se fincó un proceso escandaloso de brujas, videntes, delatores, sobornos, mentiras y misterios.

Quedan abiertas aún las páginas del enriquecimiento ilícito y la de las transferencias millonarias por bancos suizos. Eso ya lo verá fuera de las rejas.

Apenas salió del penal de Santiaguito, última fase de su reclusión que inició en la cárcel de alta seguridad de Almoloya, y Raúl Salinas pide perdón. Destina el primer día de su libertad a comparecer ante una treintena de medios, uno por uno, hora por hora, para exhibir su arrepentimiento y repetir perdón, perdón, perdón. Como si con la reiteración mitigara los enojos.

"En el periódico Crónica un ex funcionario de la época del señor (Ernesto) Zedillo, que también fue colaborador del licenciado (Carlos) Salinas, ex gobernador y ex embajador, Otto Granados escribe y describe, que el entonces presidente Zedillo en los momentos de mi arresto reunió a todos los gobernadores del país en la casa del entonces gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa, que entiendo era compadre del señor Zedillo. Les dijo que él había autorizado el arresto porque el señor (Antonio) Lozano y (Pablo) Chapa Bezanilla le habían llevado un voluminoso expediente y que incluso lo había consultado con el señor (Víctor) Aguinaco, presidente de la Suprema Corte y que le habían dicho que era procedente.

"Lo que estamos viendo en esta nueva información es que en primer lugar el procurador le sometía al presidente de la República sus decisiones, por lo menos a Zedillo; estamos viendo que hubo un agrupamiento de fuerza política al reunir a todos los gobernadores para que respaldaran esta decisión y estamos viendo al presidente Zedillo llegar a acuerdos ¡previos! a un arresto con el presidente de la Suprema Corte de Justicia, entonces, esos son los elementos que tenemos", arranca la plática Raúl Salinas.

-¿Fue un reo político?

-Fui un preso de una instrucción del Poder Judicial, no he visto en el amplio expediente de 200 mil páginas ninguna orden política para que me tuvieran ahí. ¿Que hay atrás de esas reuniones entre el procurador y el subprocurador Chapa Bezanilla y el presidente de la República? Hay que preguntárselo a ellos.

-En lo dicho por Otto Granados, el presidente Zedillo consultó la decisión con el titular de la Corte, un acuerdo entre el titular del Poder Ejecutivo y el del Poder Judicial.

-Pues tienen que aclararlo los actores. Si vamos a poder leer lo que resuelva el Poder Judicial en estas 2 mil páginas de consideraciones y después tuviéramos la explicación de estos actores, tendríamos una imagen bastante completa. Soy un mal testigo, en el sentido de que estuve privado, aislado, no tuve acceso realmente a información.

-¿Por qué antes no se podía y ahora sí se pudo?

-Ya tenemos un contexto, hubo una reunión del Presidente con gobernadores, ese es un contexto. Ahora vamos a la parte interna, estructural que es para todos, ahí es tremendo.

-¿Ya no es tremendo ahora?

-Es tremendo como funciona el aparato judicial, en sí no importa de quién se trate.

-El Poder Ejecutivo y el Poder Judicial convinieron castigarlo. Ahora ¿quiere decir que ya no hubo ese acuerdo para que trabajara su defensa?

-Primero no hay nadie que tenga la menor evidencia de que hubiera un acuerdo ahora, no lo creo; es más, hay evidencia que no hay acuerdo, como dicen en el argot de los litigantes: le han dado palo al Ejecutivo en algunas iniciativas muy importantes, no hay acuerdo.

-¿Se fue Zedillo y acabó la obstrucción judicial?

-Cuando ya se fue el señor Zedillo mi proceso ya había terminado. Entonces no tengo elementos para poder empatar su salida con un cambio procesal porque ya estaba yo sentenciado. A mí me sentenciaron el 21 de enero de 1999, el señor Zedillo se va hasta diciembre de 2000, entonces no tengo elementos duros -como dicen ustedes- si yo los tuviera se los daba. Pero se acabó antes el proceso. Pero antes de mi sentencia, vi al subprocurador general de la República, José Luis Ramos Rivera, amenazar al juez Ricardo Ojeda. Eso yo lo vi.

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