Entrevista / Miguel Ángel Chávez / Listón de la muerte

AutorJesús Pacheco

Hace más o menos un lustro, Ciudad Juárez pasó por uno de sus periodos más violentos. Se vivía una época de terror, a decir del poeta y periodista Miguel Ángel Chávez (1962).

"Los habitantes no sabíamos de quién cuidarnos más, si de los comandos del crimen organizado, de las fuerzas policiacas o del Ejército. Estábamos literalmente bajo fuego", sostiene Chávez en entrevista para Cafeína.

Tras la embolia que padeció (y que narró en un texto que le valió el Premio Nacional de Periodismo), Chávez trabajaba ya desde casa, pero cada vez que debía salir al supermercado, a cobrar o con los amigos, se encontraba en todos los trayectos con dos o tres asesinatos. Prácticamente no podía ir de un lugar a otro sin toparse con desviaciones o listones amarillos.

"Era la época en que Juárez tenía 16 o 17 muertos al día. Llegó a haber fines de semana en que había 55 asesinatos. Era terrible".

Y la forma que encontró Chávez de consignar aquel periodo alarmante y reclamar de alguna manera a las autoridades fue escribir una novela que primero tuvo como nombre El comandante amarillo y hoy se publica como Policía de Ciudad Juárez (Océano).

¿Qué te proponías explorar?

Antes escribía pura poesía, éste es mi primer libro de narrativa. Y yo no quería una novela completamente negra o policiaca, porque veía que mucha gente estaba hasta la coronilla de crímenes, y la misma gente de Juárez no iba a querer hablar de una novela en la que se hablara mal de la ciudad. Entonces armé una novela para hablar de la vida normal de Ciudad Juárez.

Al final me salió una historia de amor entre dos policías que se enamoran en su trabajo: Pablo y Ruth. Yo soy de carácter muy alegre, y me gusta mucho recorrer mi ciudad, de hecho así, enfermo, la recorría. Me gusta hablar con la gente. Así fue como la pensé, no tenía que ser una novela trágica en sí, aunque es muy cruel todo lo que pasa. Tenía que decir lo que estaba pasando, pero la historia que predomina es la de ellos.

La novela tenía que ser muy irónica y quería que fuera narrada por el mismo policía. Si te das cuenta, no hay referencias literarias; hay referencias culinarias, y por ahí, en algún capítulo, hay alguna referencia musical, la cumbia. Quería hacer una novela policiaca que no tuviera elementos que suele haber en otras, como cuando el policía es un lector de libros y no sé cuánto.

¿A qué retos específicos te enfrentaste que no habías tenido en tu trabajo como poeta?

A investigar... En mi computadora siempre guardaba notas...

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