Entrevista / Miguel Calero / Tuzo al grito de guerra

AutorMiguel Angel Briseño

A las afueras del vestidor del primer equipo en la Universidad del Futbol, un vendedor extiende discretamente su mercancía en una banquita. Varios tuzos se asoman para verla, y unos ponen más atención que otros. Entre los productos, está La Guerra de los Mundos en DVD, el filme protagonizado por Tom Cruise que es la bomba cinematográfica del verano, y que apenas salió el 2 de julio en su cine favorito, además de playeras Abercrombie & Fitch de dudosa reputación y una que otra cháchara.

Frankie Oviedo, mediocampista colombiano recién incorporado a las filas pachuqueñas, se sienta a inspeccionar con cuidado las películas cuando le cae la ley. De hecho, es alguien más peligroso.

“A ver, a ver, vamos a acabar ya con la piratería, por eso México está como está”.

El sujeto que lanza la advertencia tiene más autoridad en Pachuca que tres patrullas llenas de judiciales con dos cajas de tehuacanes en la cajuela, es más famoso que el nuevo gobernador de Hidalgo y sus índices de popularidad son la envidia del presidente Vicente Fox.

Miguel Calero logra su cometido y ahuyenta a su compatriota de la piratería. Desde marzo pasado, el legendario portero del Pachuca tiene todavía más facultades de las que ya gozaba para mandar en Pachuca. Desde marzo pasado ya es mexicano.

Y no es que desprecie su ‘colombianeidad’. Es solamente que después de cinco años de jugar en la capital hidalguense, Calero es más pachuqueño que el paste de papa con carne.

“Es el sentimiento al que uno le nace por este país. Esta gente es hermosa, lo recibe bien a uno, y eso se paga con cariño y dejando buen ejemplo”, afirma.

Cuando se le pide tomarse unas fotos junto a la bandera nacional, se envuelve con más rapidez que Juan Escutia y ante las miradas curiosas presume ser un refrito de Julio César Chávez en sus mejores épocas.

“¡Viva México chingón! ¡Viva México carajo!... ¿o cómo dicen ustedes?”, interrumpe Calero ante la duda.

“¡Viva México cabrones!”, le sopla un mirón.

“¡Viva México cabrón entonces!”, corrige Calero.

A diferencia de muchos naturalizados, que consiguen la nacionalidad mexicana para poder jugar en el Tricolor, Calero lo hace por razones mucho más profundas. Aunque quisiera, no podría jugar con la Selección, pues él ya ha vestido la casaca del equipo nacional colombiano. En su caso, es amor al camiseta que viste desde el 2000, cuando llegó procedente del Deportivo Cali.

A sus 34 años, le restan cuatro más para finalizar su contrato con el Pachuca, lo que lo...

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