Entrevista / Maite Perroni / Palabra de hada

AutorEugenio Guzmán

Después de figurar en uno de los grupos pop más populares de los últimos años y ganarse el protagónico de telenovelas, Maite Perroni tuvo que "doblarse" ante otro reto: darle voz al Hada de los Dientes en El Origen de los Guardianes, actualmente en cartelera.

Aunque hacer doblaje pareciera algo sencillo para alguien que conoció escenarios de todo el mundo frente a RBD, la actriz y cantante de 29 años confesó que la tarea no le fue del todo sencilla.

A continuación, seis preguntas que contestó Perroni en siete minutos, durante la presentación a la prensa del filme.

Qué es más fácil, ¿doblar la voz de un personaje animado o interpretar a alguien de carne y hueso?

"Éste es mi primer doblaje y fue un experimento interesante, porque a mí no me gusta escuchar mi voz, simplemente cuando tengo que dejar un mensaje de voz en un teléfono, no lo dejo, pero cuando ya vi la imagen y escuché la voz en ella, me gustó y fluí".

¿Te sentiste rara?

"Sí, porque tiene que salir muy orgánico, obviamente era algo que requería de muchísima concentración, enfoque, para poderle dar vida a ese personaje sin que perdiera esa naturalidad, pero que al mismo tiempo tuviera la gesticulación necesaria.

"Es complicado, una clave fue no fijarme en la boca porque hubiera querido empatar las palabras con la gesticulación, llegó un momento en el que opté por irme a la fonética y hacerle caso al ritmo de las frases y de esa manera funcionó".

¿En qué te pareces al Hada de los Dientes?

"Me identifiqué en su amor y pasión por lo que hace. Me gustó que es cálida, amorosa, es determinante, es trabajadora, es hiperactiva, siempre está en movimiento, no para, tiene sus objetivos claros y los cumple; me cayó bien".

Mientras estabas en RBD hubo un momento en que te sentiste como Jack Frost, quien se siente invisible en el grupo ante otros personajes más populares como Santa Clos y el Conejo de Pascua?

"No, nunca me sentí así. Creo que fue muy favorable que éramos tan distintos todos, que no teníamos un patrón establecido, éramos seis personalidades completamente diferentes y cada quien se desenvolvía como cada quien realmente era.

"Pero sí...

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