Entrevista / José Picciotto / 'Un edificio que no te seduce es uno más'

AutorPablo Ignacio Hurtado

Una fotografía en color resguarda su espalda, al mismo tiempo que lanza advertencia tras advertencia, siempre en segunda persona. La imagen muestra al Gran Cañón de Arizona, un recordatorio que constata cómo este amante de la bicicleta tiene una especial conexión con la Tierra.

Es José Picciotto, melómano por naturaleza y discípulo de Mario Pani, cuyo trazo encuentra su razón de ser en la observación y en el estudio, pues, afirma, el arquitecto debe ser empírico y nunca dar las cosas por hecho.

El edificio Cenit Plaza Arquímedes, el hotel Fiesta Americana Santa Fe y la plaza Metrópoli Patriotismo forman parte de su extenso catálogo de proyectos, mismos que concibió bajo la filosofía de la verticalización a gran escala, a manera esfuerzo para frenar el crecimiento de la Ciudad de México.

Así, su propuesta se basa en modelos económica y ambientalmente sustentables, con una fuerte incidencia en la eficiencia energética, resultado de la ubicación, los materiales empleados y la tecnología en los procesos constructivos.

Desde sus inicios hasta el día de hoy, ¿tiene usted alguna influencia?

Las he ido cambiando, pues no siempre la obra y el arquitecto van de la mano. Existen buenas y malas obras, como también buenos y malos arquitectos.

Sin embargo, algo que continúo aprendiéndole a la arquitectura es no hacerle culto a la imagen del autor, sino más bien mirarlo a través de sus obras.

¿Cuál fue la experiencia de tener como profesor a Mario Pani?

En un principio no me escogieron para su clase, por lo que tuve que persistir e insistir, a fin de tener la oportunidad de estar con él durante seis meses. 'Ser necio' es el verbo que le aprendí.

¿Cuál es la clavede una arquitectura acertada?

Si en los grandes programas no involucras el razonamiento constructivo, no harás las cosas fáciles ni fluidas. Es necesario que incluyas el procedimiento constructivo en el diseño, ya que éste te da el resultado por sí mismo.

La forma que le darás a un proyecto es lo más sencillo. No obstante, no puedes idear algo arbitrariamente y después ver cómo concebirlo. Un edificio malo es aquel en el que no te sientes a gusto ni te seduce. Por tanto, si no da de que hablar o no causa una polémica -sea positiva o negativa-, es uno más.

Su arquitectura se vale de las nuevas tecnologías sin dejar atrás lo elemental, ¿cierto?

Sí. Requieres de lo elemental para que tu edificio sea habitable en temas climáticos, de luminosidad y de confort. Finalmente, habrá un ser humano dentro...

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