Entrevista / Jean Daniel / Premian su mente libre

AutorMónica Delgado

MURAL/ Francia

PARÍS.- Denigrar es la tentación más grande que Jean Daniel descubre hoy en el periodismo. El Premio Príncipe de Asturias en Comunicación y Humanidades advierte en entrevista sobre la facilidad con que en estos días se deshacen o se forjan reputaciones.

"París es la capital de la ofensa brillante. Aquí, la desacreditación es más espiritual, más divertida; se escribe muy bien y se escribe todavía mejor cuando se trata de hablar mal de alguien".

Daniel (Blida, Argelia, 1920), fundador y director del semanario Le Nouvel Observateur desde hace 40 años, considerado uno de los intelectuales más influyentes y comprometidos de Europa, asegura que entre todos los premios que ha recibido el Príncipe de Asturias es el más valioso.

"Me da gusto porque tengo mucha relación con intelectuales y periodistas de España y de Latinoamérica. A México he ido tres veces y en cada ocasión los periódicos me han consagrado artículos, no digo que forzosamente simpáticos, pero sí serios, escritos por colegas que han leído mis libros. Quizá el premio genere un mayor interés y se traduzca más mi obra. Por eso estoy muy contento".

El jurado lo califica como un periodista insobornable, ¿se ha resistido a muchas ofertas?

- La idea de corromper a un hombre como yo no se le ha ocurrido a nadie o por lo menos a muy pocos. Cuando milité por las causas de los países colonizados, algunos Jefes de Estado quisieron ofrecerme en recompensa propiedades a la orilla del mar, algo que obviamente no acepté. Pero no creo que se refieran a eso cuando hablan de insobornable. Lo que el jurado quiso decir es que busco, espero que tengan razón, ser una mente libre, no depender de nadie, ni siquiera de aquellos que me quieren o a quienes yo quiero. Para ser libre hay que desprenderse de aquello que lo determina a uno: su origen, su familia, su religión... Es algo difícil de conquistar porque no siempre se está consciente de ello. Para dominarlo se requiere una disciplina interior que se logra con los años. La única ventaja que aporta la edad es la libertad.

A eso tiende la objetividad que tanto defiende.

- Que tratamos de defender, sí... es lo que quisimos poner en la Carta de Principios que acabamos de publicar en Le Nouvel Observateur.

En esa carta apunta también la falta de ética y de vigilancia de los periodistas en su trabajo.

- Desde que nació, el periodismo ha sido criticado. Nunca se ha dicho que sea honesto, fiel. Porque el periodismo consiste en repetir a alguien lo...

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