Entrevista / Jaime Mesa / 'Soy un hombre feliz y sin quincena'

AutorMiguel De la Vega

Foto: Carlos Milanés

Puebla no sólo produce mole y políticos con ansias de protagonismo: ahora es el epicentro de un movimiento de narradores que lo único que tienen en común es haber coincidido a los pies del Popocatépetl. Jaime Mesa es uno de ellos.

Con 38 años, ha publicado tres novelas con Alfaguara -la más reciente, Las bestias negras- y era funcionario cultural de la alcaldía poblana hasta la semana pasada cuando, presume, logró matar a su propia bestia negra.

¿A quién se le ocurre escribir novelas en estos tiempos en los que sólo se leen 140 caracteres?

A viejitos como yo, cuya neurosis necesita, al menos, 140 páginas para controlarse. Creo que un tuit puede contar (a la manera de haikú) una imagen que implosiona. Pero la mente humana, el espíritu del hombre, no pueden desarrollarse con historias en clave Morse. Necesitamos el mar de la novela.

Las bestias negras, entre otras cosas, habla de los grupos de poder en la cultura, ¿a qué mafia perteneces?

Hasta hace poco pertenecí al Yipi Ka Yei de la literatura poblana que estaba conformado, básicamente, por todos los escritores que habían nacido, vivían o habían muerto en Puebla. No duró mucho porque averiguaron que vivo en San Pedro Cholula.

Ahora que acabas de pasar al desempleo, ¿qué es lo que más te asusta?

Es curioso. Cuando estaba solo, la idea de renunciar a un trabajo sembraba en mí un miedo difícil de sobrellevar. Ahora que tengo un hijo de 2 años no tengo miedo. Siento que decenas de oportunidades se abren ante mí.

¿Por qué dejaste tu cargo en el gobierno municipal poblano?

Básicamente, porque no había condiciones para seguir y porque los planes de fomento a la lectura y enseñanza de la literatura, además de la edición de libros con un perfil literario, no los podía hacer ahí.

¿Cómo se le hace para que un niño se enamore de los libros?

No hay programa de fomento a la lectura que sirva si no se reúnen dos condiciones importantísimas: que el lector tenga libros en su casa y que, en este caso, este niño vea a sus padres leer.

De otra forma, no habrá conexión.

¿Cuál fue el primer libro que leíste?

Lo tengo clarísimo: Robinson Crusoe, de Daniel Defoe.

¿Cuál fue el primero que leíste a tu hijo?

Soy muy malo para leerle a mi hijo. Cuando Dante estaba en el vientre de mi mujer, nunca le leí; le ponía música, le hablaba mucho, lo acariciaba. Y, durante estos dos años, nunca le he leído un solo cuento.

¿Por qué?

No sé, quizá porque leer para mí es algo tan personal, que lleva tantos...

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