Entrevista / Guillermo García Oropeza / Guadalajara, modelo fallido

AutorPedro Mellado

Añora la ciudad pequeña, guapa y provinciana que se extravió en la década de los 80, cuando se tomaron malas decisiones sobre su desarrollo, hasta el punto que la metrópoli terminó ahogada por el automóvil.

Considera que la capital tapatía, además de experimentar pérdida de población, también se ha empobrecido, por lo que estima urgente que se ponga en marcha algún plan de rescate y repoblación del Centro Histórico de Guadalajara.

Dice que auténticos tapatíos sólo quedan alrededor de unos 80 mil. Lo afirma con la autoridad que le da el ser un reconocido "guadalajarólogo" e integrante del cuerpo oficial de cronistas de esta noble y leal Ciudad.

Guillermo García Oropeza nació el 25 de junio de 1937 en Guadalajara. Hijo de Benjamín García Mares, de Zamora, Michoacán, y de Refugio Oropeza Navarro, oriunda de Mazatlán, Sinaloa.

Arquitecto egresado de la Universidad de Guadalajara en 1966, se especializó en Urbanismo y Planeación en las universidades de Yale y Cincinnati, en Estados Unidos, y en Ámsterdam, Holanda. En matrimonio con Rita Sánchez Larrauri, procreó tres hijos: Alonso, María Elvira y Cristóbal. Tiene siete nietos: cinco en Guadalajara (Sebastián, Lázaro, Natalia, Cristóbal y Regina) y dos en París (Julia y Gabriel).

Ha publicado alrededor de 30 libros, muchos de ellos sobre la historia de Guadalajara.

LO MENOS MALO

¿Por qué estudió Arquitectura?

Yo iba a ser licenciado en Derecho. Estudié en una preparatoria por cooperación que resultó balín y me fui a la Vocacional de la Universidad de Guadalajara. Estudié Arquitectura porque era lo menos malo que tenía a mi alcance. Era una escuela muy difícil, la que había fundado Ignacio Díaz Morales. Estaba en el mismo Tecnológico. Creo que fui un estudiante irregular, era muy malo en algunas materias y muy bueno en otras, como por ejemplo, Historia del Arte, Historia de la Arquitectura, Teoría, Estética. Era, entre paréntesis, culto. Pero malo en lo técnico.

Terminé en 1966 -quién sabe cómo- y me fui a estudiar Urbanismo en Estados Unidos, a la Universidad de Yale, y luego a Cincinnati. Después me fui a Rotterdam, Holanda, a una escuela especializada en Planeación. Fui becado, porque trabajaba en el Plan Lerma-Chapala-Santiago. Estamos hablando de los años 60. Era a finales del Gobierno de Adolfo López Mateos (1958-1964) y principios de la Administración de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). Mi primera gran impresión al salir de Guadalajara fue conocer Nueva York, pues de ahí me trasladé en camión a la Universidad de Yale, en New Haven, Connecticut.

Yo sabía hablar bien inglés pues mi madre, quien nació en Mazatlán...

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