Entrevista / Francisco Javier Acuña / 'El INAI es incómodo por naturaleza'
| Autor | Miguel de la Vega |
Foto Aggi Garduño
Su formación de profesor universitario se asoma en cada respuesta: elabora, argumenta, debate consigo mismo, incluye una anécdota, una cita y finalmente responde. Es Francisco Javier Acuña, el nuevo comisionado presidente del INAI.
Defínase en 140 caracteres.
¡Ah, caray! Soy juicioso, tengo esmero por lo que hago, me gustan las relaciones humanas, sociales, conectar con la gente, pero verdaderamente, no en la apariencia o en la distancia; soy cálido, cordial, sin llegar a parecer demagogo. Ya no fueron 140, ¿verdad? Soy de detalles, voy al detalle. Cortés y directo, ejerzo la franqueza. Me gusta romper la solemnidad con una broma, sin caer en querer ser comediante.
¿Quiere un INAI incómodo?
El INAI es incómodo por naturaleza, no es que lo quiera: ésa es su naturaleza. Ser una institución que se dedica a revisar, a señalar, a corregir y a verificar la actuación de todas las demás instituciones públicas en dos frentes, en el tema de su apertura informativa, o su opacidad injustificada; y en el tema de la tutela de los datos personales, nos hizo ser una institución incómoda por naturaleza.
Entonces, ¿cuál será su sello?
Frescura, lozanía, capacidad de acercamiento para dialogar y destrabar. El reto es comunicarle a la sociedad que no somos una burocracia más de las muchísimas que hay en el país.
Eso es un punto central: ¿realmente la gente entiende lo que es el INAI?
Todavía no, estamos muy nuevos, las instituciones se tardan cientos de años en consolidarse. En este país, y es el único en el que pasa, hay difusión permanente de todas las instituciones públicas.
¿Y no es un desperdicio de dinero eso?
No, porque es la evolución de lo que es la idiosincrasia política del mexicano... Por los lastres de unos periodos de gobernación autoritaria que no están tan distantes, no había en el concurso de la sociedad la claridad política, me refiero a entender los bordes y los contornos de las instituciones públicas. Instituciones con 200 años funcionando, todavía la gente no sabe completamente qué le toca al Poder Legislativo, qué le toca al Poder Judicial.
Pero también hay falta de compromiso personal para involucrarse en la vida pública, ¿no le parece?
Sí, nos falta civismo fecundo, nos falta civismo actuante, nos falta civismo perspicaz. Pero hoy estamos ante una especie de oportunidad, porque hay un cansancio social muy grande en las instituciones, hay un desencanto.
¿Un hartazgo?
Hay hartazgo. Y el peligro es que del hartazgo al...
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