Entrevista / Enrique Graue / Satisfecho a pesar de épocas difíciles

AutorIris Velázquez y Natalia Vitela

Diciembre de 2014, es la fecha que Enrique Graue recuerda como aquella en la que pensó por primera vez que podría ser Rector de la UNAM. El anhelo que llegó en una cena con sus amigos universitarios se concretó, y no por uno, sino por dos periodos.

Tras ocho años en el puesto de mayor rango en la "máxima casa de estudios", el oftalmólogo mexicano define cinco momentos complicados durante su gestión, desatados por temas internos, externos y uno más que afectó a nivel mundial.

Desde el sexto piso de la Torre de Rectoría, su despacho y el sitio en el que le tocó analizar soluciones a diversas problemáticas, ahora, hace un balance de su administración, admite pendientes, se sincera sobre sus acciones y asegura que al o la siguiente en el encargo, no dejará consejos, sino los mejores deseos para que se trabaje por el bien de una institución de múltiples retos.

RELEVO

¿Por qué se dice que se adelantó el proceso de relevo de la Rectoría? ¿Usted considera que fue una decisión correcta por parte de la Junta de Gobierno?

Ah sí, por supuesto. A ver, yo creo que la Junta de Gobierno entre más personas ausculte, entre más se escuche a la comunidad, siempre será mejor, porque podrá definir mejor a los perfiles que se requieren para las necesidades de la universidad.

Estas primeras dos semanas y me parece también muy bien, la Junta se ha enfocado en escuchar a los cuerpos colegiados de representación directa, esto es, a los integrantes del Consejo Universitario. El Consejo Universitario está por comisiones: trabajo académico, legislación universitaria, difusión cultural y por supuesto todo lo que es equidad de género y violencia de género.

Entonces, bueno, estas entrevistas que se tienen directamente con ellos, es conocer la opinión que tienen aquellas personas que fueron electas directamente por la comunidad universitaria. Y de hecho me lo reportaron el día de ayer (28 de agosto), me dijeron 'hoy ha sido excelente este periodo en donde hemos podido auscultar estos cuerpos colegiados'.

Todavía van a seguir estos días con los Consejos Académicos de área, los cuales son cinco.

¿No habrá sido motivado para cuidar la autonomía, blindarlo (el proceso) de intenciones políticas?

No, no. Cuando lo comentamos, yo creo que la Junta de Gobierno se legitima en la medida de que escucha todas las voces o procura escuchar todas las voces de la Universidad en la pluralidad que tiene. Al margen de las auscultaciones que seguirán sucediendo en el transcurso de las semanas para conocer lo que la comunidad piensa de los aspirantes que acabarán registrándose el día lunes, ahí, esta primera fase y ahí conocer los problemas universitarios y los perfiles que eventualmente se requieren, creo ha sido muy significativa y no está sujeta a los aconteceres de la política nacional. No, no por eso.

La UNAM es reconocida en todo el mundo por su excelencia académica. Que sean 15 integrantes de la Junta de Gobierno quienes tomarán la decisión del nuevo rector, ¿no le parece que es un método revisable para una institución a la vanguardia y en pleno siglo 21?

No, a ver, yo no creo eso, pero es una discusión que no quisiera abrir porque en este momento ya estamos en un proceso de la nueva titularidad de la Rectoría. Me está pidiendo una opinión sobre algo que en el futuro podría acontecer. Yo sí creo que la Ley Orgánica al establecer la Junta de Gobierno le ha dado una gran estabilidad a la Universidad Nacional, a la UNAM.

Son casi la mitad de todas las universidades públicas las que tienen Junta de Gobierno, y si uno analiza aquellas que tienen voto directo, en una buena cantidad de ellas tienen problemas financieros importantes. Es decir, hay una correlación ahí que habría que cuidar.

Aparte de eso, sí tendría que abrirse esta discusión, yo no la niego y que los universitarios decidan y yo expresaré con toda firmeza mi voz de lo que yo pienso en su momento. Yo creo que ha sido una gran estructura con buenos resultados desde que la Ley Orgánica existe, la estabilidad de la Universidad ha crecido notablemente. Antes del 45, el periodo de duración de un Rector era de un año y medio, casi dos, cuando se votaba por estamentos en el Consejo Universitario. Es decir, la historia sí nos dice que estamos bien.

En el futuro, pueden pensarse cosas diferentes. Siempre han hablado, siempre ha habido. A ver, desde que yo era estudiante, el ánimo...

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