Entrevista / Elba Esther Gordillo / Reprueba a Secretaria y a la 4T

AutorRoberto Zamarripa

FOTOGRAFÍA: EDGAR MEDEL

Elba Esther Gordillo pasó seis años en la cárcel. 'Fue una alevosía', lamenta de su prisión. Y ahora, libre, quiere regresar a la escena pública. Cuestiona al Gobierno de la 4T y a su nueva Secretaria de Educación: 'hacen un plan de estudios sin tener un diagnóstico de lo que pasa en la educación'. El gobierno, afirma la maestra, desprecia a la educación y sus actores. Llevan tres Secretarios y no dan resultados, señala.

Hace 33 años, en el verano de 1989, la entonces flamante dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), la maestra Elba Esther Gordillo, tomaba protesta a la dirigencia de la Sección 9, que agrupa a los profesores de educación básica, de preescolar y primaria.

En ese nuevo comité de la Sección 9, destacaba y tomaba protesta como secretaria de Organización una maestra menuda, aguerrida, de nombre Leticia Ramírez Amaya, hoy Secretaria de Educación Pública.

¿Maestra Elba Esther Gordillo, lo recuerda?

Sí. Tiempos que nos tocaron vivir.

"El maestro exige a diario democracia y más salario", se gritaba entonces en unas manifestaciones multitudinarias del magisterio, maestra, que generaron una crisis en el SNTE con la renuncia del entonces dirigente Carlos Jonguitud y que usted llega a la dirigencia nacional del SNTE. Pero había un Secretario de Educación que no la dejaba pasar, su nombre Manuel Bartlett ¿Lo recuerda?

Sí, pero no sólo no me dejaba pasar. Le tenía un profundo desafecto al gremio y traía como proyecto educativo el pulverizar el Sistema Nacional de Educación, con una estrategia de descentralización. Sin entender la pluralidad, lo cosmogónico, los diferentes Méxicos que hay en la República. Entonces, dejar a la escuela al amparo sólo de la comunidad, sin los recursos suficientes y creer que cada escuela resolvería sus temas y perder la rectoría del Estado, pues no estábamos de acuerdo. Entonces, fueron momentos muy críticos, muy difíciles. A mí me toca llegar con más de 750 mil maestros en la calle, con marchas, con canciones, con confrontaciones.

Hace 33 años, también dentro del Gobierno de Carlos Salinas quien era Presidente entonces, y dentro de esta crisis, había quien le ayudaba dentro del Gobierno. Uno de ellos, un interlocutor importante fue Manuel Camacho Solís, pero había una persona que era el enlace de Manuel Camacho Solís, Marcelo Ebrard.

En ese entonces era Delegada de la Gustavo A. Madero, porque ya había tenido una ruptura ante un Congreso (sindical) donde no se me dio la oportunidad de participar, por ser mujer. Se da la ruptura con lo que entonces era el Movimiento Vanguardia Nacional. Le comunico al maestro (Carlos) Jonguitud que me retiro y regreso a mis funciones como Delegada en la Gustavo A. Madero, y decido que voy a hacer carrera política. No tenía otra opción ¿no? Nunca lo voy a olvidar, ya estaba Marcelo Ebrard en el Gobierno del DF con el licenciado Camacho y siendo Delegada de la Gustavo A. Madero.

Era interlocutor con usted cuando la crisis...

Sí, directamente el licenciado Camacho me enviaba con personas que pudiéramos llegar a negociaciones y uno de ellos era Marcelo con quien entablé una relación amistosa, de respeto mutuo y de compartir visiones.

Las vueltas de la vida, las vueltas de la política: Leticia Ramírez, Secretaria de Educación Pública; Manuel Bartlett, hoy en la CFE, un punto estratégico en las políticas de la 4T. Marcelo Ebrard, Canciller, un presidenciable. Elba Esther Gordillo sirvió a un régimen; fue el pilar de un sistema, muy importante para Presidentes, para Gobernadores, pero ese sistema al que sirvió, la aplastó, la envió a la cárcel. ¿Entonces maestra, ahora por qué regresa?

Porque las convicciones no son motivo de negociación, porque puedo decir que soy una mujer congruente. Si bien es cierto que el Gobierno anterior decidió que había que detenerme, lo cierto es que lo hizo violentando cualquier derecho. Derecho humano, derecho ciudadano, derecho político como dirigente. Y fue todo como consecuencia de una reforma y de una palabreja o palabrota, digo, depende de cómo se quiera ver, que era "permanencia". Es decir, ya venía una visión de desentenderse de la política educativa y de los maestros como responsabilidad de Estado, y una corriente muy fuerte de privatizar la educación de manera equivocada.

Esa fue nuestra causa y nuestra lucha. Creo que se actuó con alevosía y ventaja, pero toda acción tiene reacción. Yo estaba convencida que podía transigir en muchas cosas, pero menos en afectar dos cuestiones: la educación pública de excelencia, laica, gratuita, nacional, universal; que fuera para lograr una sociedad justa, equitativa, de valores, y...

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