Entrevista / Carme Pinós / Hace poesía con su trazo

AutorPablo Ignacio Hurtado

VIENA.- Al mismo tiempo de elevar 17 mil metros cuadrados en la capital austriaca, narra cómo dio vida a 17 mil más en Guadalajara, Jalisco en un edificio. De eso, hace poco más de un lustro.

Aquello fue duro. En México la gente confía, mientras que en Europa es más difícil. Hay tantas ordenanzas, tantas leyes y tanta gente que opina que todo resulta muy complicado, confiesa la creativa, paradójicamente nacida en el Viejo Continente.

Aún con esta revelación, la autora barcelonesa no ha dejado de plasmar su estilizado trazo de un lado al otro del Atlántico, para dejar claro que lo trascendental no son las coordenadas, sino el fin último de la arquitectura: el sentido común y la responsabilidad.

Una estación del Metro de Barcelona, un pabellón de descanso en Guadalajara y unas instalaciones industriales en Saint-Dizier, Francia, se erigen como pruebas fehacientes de su amplio rango tipológico luego de haber construido en contextos y escalas diversas una arquitectura que quedó para la posteridad.

¿En qué momento surge su pasión por la arquitectura?

Mi padre era médico, pero muy amante del arte. Siempre nos llevaba a ver monumentos y siempre estábamos haciendo obras en la casa de campo que teníamos.

Era mi hermano mayor quien estaba destinado a ser arquitecto, pero, cuando dijo que quería ser médico, asumí que me tocaba a mí. Desde entonces no me lo planteé nunca más: tenía que ser arquitecto y soy felizmente arquitecto.

¿En la disciplina el rol de la mujer aún se percibe como insólito?

La mujer se ha introducido en la arquitectura al igual que lo ha hecho en todas las profesiones. Más bien diría que es el hombre quien se ha retirado de ella al desplazarse a disciplinas más rentables.

Poco a poco el mundo ha cambiado, se ha hecho más duro y abstracto, por lo que la connotación femenina se ha borrado. Creo que es momento de que la mujer vuelva a darle ese carácter.

¿Considera que la arquitectura da forma a una ciudad o al contrario?

Hacer arquitectura es hacer ciudad, puesto que nace de una necesidad social. Es decir, la arquitectura es el espacio en el que la gente se relaciona y socializa, y esto, a su vez, también es la ciudad.

¿Es posible evitar que sea vista como mercancía a fin de servir a la sociedad?

La arquitectura tiene que verse como lo preguntas. Antiguamente, las casas se hacían para formar parte del patrimonio de una familia. Era un orgullo, pues se pasaban de padres a hijos. Llega un momento en que la vivienda se hace con el único...

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