Entrevista / Carlos Ominami / 'La izquierda aprendió a golpes'

AutorJosé David Estrada

Carlos Ominami es un ex guerrillero chileno que llegó a ser Ministro de Economía en su país tras la dictadura de Augusto Pinochet.

Encabeza la Fundación Chile 21, que recoge la ideología de Ricardo Lagos, el primer Presidente surgido de la izquierda en aquella nación, y decidió no apoyar en las pasadas elecciones la candidatura de Michelle Bachelet, quien ganó con una gran coalición progresista.

La izquierda democrática en la actualidad enfrenta varios dilemas, afirma Ominami.

El primero de ellos es encontrar una definición adecuada, pero lo intenta en un momento en el que ha ido perdiendo referentes ideológicos.

"Estamos en una cierta orfandad, y eso es algo que quizá no podremos resolver".

¿Qué referentes ideológicos tiene la izquierda?

Tenemos más grandes intelectuales de izquierda desaparecidos, que los intelectuales que estén surgiendo. Falleció hace poco, por ejemplo, Ernesto Laclau, que es más conocido en Sudamérica. Argentino que hizo su carrera académica en Inglaterra. Fue un gran crítico de este tratamiento despectivo del populismo latinoamericano.

Estamos en una cierta orfandad y quizá no la vamos a poder resolver, porque el mundo del siglo 21 es un mundo mucho más diverso y más complejo.

Pero los partidos están en una crisis también, ¿este escenario dificulta el que se conviertan en referentes?

Si los partidos son muy compartimentados, poco abiertos al debate con la sociedad, impermeables a las corrientes intelectuales, que se quedan atados a visiones nostálgicas, sí. Allí también hay que pensar cómo se redefine el concepto de partido.

Los partidos eran vehículos de información, de intercambio; ahora tienen que serlo, pero adaptados a esta coyuntura en que las ideas se están intercambiando en tiempo real.

¿Terminó el mito la unidad de las izquierdas?

Yo lo comparto. Siempre una reacción, cuando tiene enemigos muy poderosos, es decir: unámonos. Pero eso no basta. La unidad, los acuerdos, los consensos, los pactos pueden terminar siendo camisas de fuerza.

La unidad sin convicciones y que esconde y no procesa las diferencias pueden ser unidades que pueden terminar siendo negativas y paralizadoras.

La izquierda mexicana tendrá que tener esta discusión, y una mayoría apuntará en una dirección y la minoría verá qué hacer.

¿Esta mayoría se tendrá que ver con votos?

Yo creo que en la democracia son los procesos electorales los que mandan.

En México es Andrés Manuel...

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