Entrevista / Anna Fox / Lo ordinario bajo el lente

AutorJesús Pacheco

Cuando era niña, la inglesa Anna Fox (1961) prefería ver fotos que leer. Había nacido en el lugar ideal: su papá era un aficionado de la fotografía, uno muy entusiasta. Él le dio su primera cámara y tenía un montón de libros que fascinaban a Anna. Dos de sus primeros fotógrafos favoritos fueron el francés Cartier Bresson y el húngaro Brassaï.

En casa había un cuarto oscuro donde Anna recibió sus primeras lecciones sobre el procesamiento de película y la impresión en blanco y negro. Ahí transcurrió divertida su adolescencia. Más tarde, estudió fotografía con Martin Parr y Paul Graham, en la Farnham Art School, donde luego daría clases, y comenzó a interesarse en la literatura. Se sintió particularmente atraída por autores capaces de crear mundos fantásticos o historias extraordinarias de ficción que constituían, además, frescos sociales de una época específica. Le gustó la manera en que escritores como Jane Austen o J.D. Salinger hacían sutiles críticas sociales a través de sus libros, y más tarde le atrajo el realismo mágico de Gabriel García Márquez y Angela Carter. A partir de esas lecturas empezó a ver la fotografía como una obra de ficción y a considerarse una contadora de historias...

Su trabajo fue inclinándose cada vez más hacía el retrato. Le fascinaban los creados por Diane Arbus, Rineke Dijkstra o August Sander, por la manera en que sus imágenes evocan el sentimiento de una sociedad en una época específica. También le interesó la forma en que fotógrafos como Joel Sternfeld, Alec Soth o Susan Lipper utilizaban el retrato dentro de una narrativa, como parte de una historia.

Su pasión por el retrato se combinó entonces con una ética particular. Se prometió que antes de tomar la fotografía conversaría con el personaje para conocerlo mejor.

A finales de los años 80, Anna comenzó a ser conocida por sus estudios iconográficos sobre la forma de vida de los oficinistas londinenses, a quienes retrató tanto detrás de sus escritorios como en sus ratos de ocio o en prácticas corporativas de integración, como los combates de paintball que tenían lugar en granjas u hospitales abandonados.

Hoy, la mayoría del trabajo de Anna se concentra en mostrar la vida diaria del sur de Inglaterra, su principal área de interés. Disfruta observar la vida rural con el ojo fresco del fotógrafo que busca contar historias, asegura, un punto de vista que supone muy diferente al acercamiento tradicional de los fotógrafos documentales.

Con 25 años de experiencia en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR