Entregas en caliente / Un vaivén sobre el vaivén

AutorGuillermo Hérdez

Hay quien dice que quienes se entienden bien en la pista de baile, se entienden mucho mejor en la cama. Paco Jones y Nubia, la bailarina colombiana, no tuvieron tiempo de averiguarlo. Después de desear follarse uno al otro mientras bailaban durante el espectáculo, tuvieron que salir corriendo para esconderse del capitán y sus subalternos que querían lanzar al mar al mensajero. El capitán Espada enfureció de celos al ver cómo Nubia, la más buena de las bailarinas, había conectado con Paco. Desde que la contrató le traía ganas y no se le había hecho. Jones seguía recordándole al capitán el chamaco que agarró follando con su mujer.

Nubia, aprovechando los segundos tras bambalinas, condujo al mensajero al interior de una barca salvavidas que colgaba del estribor.

-No lo llevo a mi camarote porque ahí lo encontrarían demasiado rápido. Aquí puede estar seguro algunos días. Yo me voy a estar dando vueltas para traerle agua, comida y cualquier otra cosa que pudiera necesitar.

Nubia estaba a punto de saltar de la barca cuando escuchó a Paco.

-Lo único que pudiera necesitar es a ti misma.

Nubia se dio la media vuelta y ahora no le hicieron falta más palabras para tomar la iniciativa. Decidida se acercó a Jones que la estaba esperando. Se comieron a besos y poco a poco fueron descubriendo que también se entendían a la perfección dentro de la barca. Jones no pudo resistir pasar de la cintura delgada de Nubia, con una suave caricia, a las nalgas de la bailarina, que eran una escultura, de ésas que uno no puede dejar de tocar. Metió la mano donde siempre había deseado desde el momento en que la vio. No podía creer que la conociera de tan poco tiempo; se había compenetrado tanto en el...

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