Entregas en caliente / Ungüento dulce

En cuanto llega a Zamora, Paco Jones sabe que se ha metido en más problemas de los que debería. Ahora lo busca la justicia por incitar una rebelión sexual que poco a poco ha paralizado a la Ciudad de México y amenaza con extenderse a todo el país. Por si fuera poco, debe buscar a "La iguana" para que convenza al líder anarquista de que termine con la farsa. Jones sabe que esa revuelta es una burla y que los líderes sólo quieren convertirse en diputados o en senadores, no ayudar al pueblo. Pero lo que más desea Paco Jones es regresar a su vida normal y que no le pidan que se desnude en cuanto lo ven en la calle, después de preguntarle "¿eres tú el que sale en la tele?", "¿eres tú el líder de los encuerados?"

Antes de llegar a la empacadora de Chongos Zamoranos, pasa por otro cajero automático para revisar su saldo. De nuevo, su cuenta está al tope. ¿Quién le estará depositando? ¿Rebeca? No, esa mujer apenas le paga el salario mínimo más propinas.

Con estas ideas en mente toca la puerta de "Chongos Los de Abajo", una famosa fábrica del dulce típico de esta región. Lo primero que percibe Jones cuando le abren es el olor dulzón de los chongos. Lo segundo que nota son las carnes deliciosas de Joaquina, desparramadas bajo un delantal. Aunque Joaquina está un poco pasada de peso y no se parece a lo que le prometieron, Jones siempre ha tenido debilidad por las mujeres pasadas de carnes. Le gusta hundirse en esos pechos ondulantes, le gusta perderse entre dos muslos que apenas dejan ver la entrepierna, abultados y dichosos.

-¿Paco Jones? -pregunta Joaquina.

Jones afirma y entra. En el vestíbulo hay apenas unas bancas de madera y más al fondo la puerta a la línea de producción, muy artesanal. Joaquina le...

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