Entregas en caliente / Tecnología satelital

AutorGuillermo Hérdez

Natasha y Rebeca terminan de follar. Sus cuerpos descansan sobre la playa, cubiertos de arena. Ricky las observa extasiado. Ha descubierto que es un hombre con suerte. Cualquier hombre habría dado su vida entera por el más mínimo contacto físico con una de ellas. Él ha practicado casi todas las posiciones conocidas con Natasha y, pese a que se siente algo culpable, también ha estado en medio de un trío con ellas dos. Eso sí, bajo los efectos de alguna droga o alucinógeno, él nunca traicionaría a Paco Jones. Aunque la sensación de la piel de Rebeca nunca podrá desprenderse de sus sentidos.

Así que las dos mujeres están tumbadas. No sólo están sexualmente satisfechas. También están tranquilas. Y cómo no. Han descubierto que la computadora que misteriosamente llegó hasta ellos sólo puede ser producto de un engaño. Ni modo que así, como si nada, de pronto llegue una laptop que, al ser abierta, transmita el presunto coito entre Paco Jones y una mujer estirada afirme que a cambio de información será suya para siempre. Peor aún, que él asegure que les dirá las coordenadas donde encontrar a sus amigos. Ni sabiéndolo. Paco no es de los que traicionan. Así que las dos mujeres se relajan.

Ricky se apoya en un cocotero para recuperar fuerzas. Está a punto de dormirse cuando un destello llama su atención. Proviene de en medio del mar. Lo que primero fue un reflejo pronto es una balsa inflable. Amarilla. De ella se baja un chico con lentes gruesos de pasta y una tableta electrónica en una mano. Voltea hacia todas partes hasta encontrarse con los cuerpos desnudos de las mujeres.

De inmediato pone la tableta en el piso y, con timidez, mete una mano bajo su pantalón. Es claro que tiene una erección. Ricky lo deja hacer a...

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