Entregas en caliente / Sustitutos

AutorGuillermo Hérdez

Para cuando Paco Jones tomó la decisión de no asistir a su boda con Rebeca, la televisora ya tenía previsto un plan B. El negocio de transmitir el casorio entre dos personajes tan populares y entrañables como el mensajero y su jefa, les aportaría muchos millones. Estaba en juego, además, el prestigio de la empresa televisiva y el compromiso que tenía con la presidencia para que las cosas salieran bien. Todo era demasiado importante como para dejarlo en manos de un par de personajes tan volubles e inestables. Al final, la estrategia de contratar a dobles idénticos a la pareja, los estaba sacando de un gran aprieto.

Los televisores de todo el país estaban sintonizados en el casamiento. Todo México presenció la sonrisa de Rebeca cuando recibió de manos de un niño la misiva que le mandaba su prometido explicando que no se presentaría a la boda porque no fue capaz de soportar verla follar con otro hombre y gozar tanto.

Dentro de la cabina de transmisión, las cosas se pusieron tensas. El director ordenó a uno de los veinte camarógrafos contratados para cubrir el evento que hiciera un gran acercamiento a la carta. Así fue como la producción se enteró de lo que estaba pasando. De inmediato hicieron a Rebeca regresar a la iglesia y giraron la orden para que uno de los dobles desfilara en el cortejo nupcial rumbo a la novia.

Los conductores del programa improvisaron diciendo que la novia había recibido una misiva del presidente deseándole al matrimonio la mayor de las dichas.

Paco Jones pudo ver todo esto en uno de los televisores de la estación de autobuses. La cara de espanto de Rebeca cuando vio a un desconocido caminar para convertirse en su esposo, lo conmovió.

Lo que la televisora no pudo prever fue el deseo desquiciado de los...

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