Entregas en caliente / En el rosal

AutorGuillermo Hérdez

Los efectos de la falta de sensación en el cuerpo son conocidos en varias zonas del país y del mundo. Se conocen historias en las que personas iban caminando tan campantes por la calle cuando, de pronto, alguien les decía:

-Oiga, está sangrando -y le señalaban un dedo partido en dos o un corte de cuchillo en el muslo.

Es posible separar las sensaciones del cuerpo de nuestra percepción. Se nos desconecta el sistema nervioso y nuestra cabeza deja de recibir las señales de dolor y de placer.

Este fenómeno fue estudiado por el gran científico nayarita Agamenón Rorgias, famoso por haber creado el primer implante de miembro masculino a partir de tocino y otros residuos cárnicos.

Una mañana, el magnífico señor estaba contemplando su jardín y a su hermosa asistente mientras ella, una rubia bajita y explosiva, regaba los rosales. El doctor Rorgias había intentado sin suerte proponerle a su asistente ser su esposa, pero la timidez era uno de sus rasgos característicos así que se guardó sus insinuaciones para el día feliz en que tuviera un arranque de valentía.

Ese día ya había llegado sin que él se diera cuenta. Guniver, la rubia, también estaba enamorada de su jefe y sólo esperaba un momento de soledad como aquél. Ella notó que él la miraba en cuanto se agachaba a cortar una hierba mala o una rosa para el florero. Así que la chica se decidió a actuar y mientras su cuerpo descendía para arrancar una última raíz se quedó en esa posición, el cuerpo doblado, sus hermosas nalgas al aire, sus piernas juntas en forma de corazón. Luego se llevó las manos a la falda y la levantó muy despacio hasta que fueron visibles sus hermosas bragas de encaje.

Una vez liberada de la falda, abrió las piernas y se tumbó en la tierra, siempre boca...

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