Entregas en caliente / Remordimiento

AutorGuillermo Hérdez

-Vengo a proponerle un trato -dice Natasha en cuanto entra a la casa del sheriff Conrad Páez.

Había vagado toda la noche, envuelta en una sábana y tiritando de frío. La sensatez le indicaba que debía irse de ese pueblo perdido en el norte de Alaska y buscar a sus amigos de nuevo. Sin embargo, algo en su interior no dejaba de gritarle que había hecho algo malo y con eso no se puede vivir bien. Y cómo no, si había delatado a T. D. Plus, el transexual que le había salvado la vida, es cierto, pero a cambio asesinó a sangre fría a sus atacantes y, lo que era peor, cada vez se comportaba más como un psicópata. Así que dejó que el sheriff y sus hombres lo capturaran... Después, con una sábana insuficiente para protegerla del frío, caminó hasta la casa de Conrad Páez.

El sheriff Conrad Páez mira a Natasha con escepticismo. Está sentado en su sala, con la chimenea encendida frente a él, una copa de licor y un libro. Es de esos hombres a quienes les gusta sentirse merecedores de cualquier cosa. Por eso no se deja sorprender por la aparición de Natasha, por sus labios un tanto amoratados, por su voz que tiembla conforme habla.

-¿Qué clase de trato?

Natasha le explica que debe soltar a su amigo. Es verdad que asesinó a esos hombres, pero lo hizo en defensa propia. Fue por salvarla a ella quien, por otra parte, estaba inconsciente en el momento de los hechos.

-Dejaré que la justicia se encargue de juzgarlo.

-Aún no ha escuchado el trato que tengo para usted.

-Te escucho -dice el sheriff y enciende un enorme puro.

Natasha deja caer la sábana para mostrar su cuerpo desnudo. El frío ha vuelto más tersa la piel. Sus largas y blancas piernas se iluminan desde atrás con el fuego de la chimenea. El pelambre rubio de su vagina tiene las mismas tonalidades de...

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