Entregas en caliente / Las Patronas

Carolina se da cuenta de que ha perdido la cabeza por unas cuantas folladas y está inmersa dentro de una aventura que jamás pensó que iba a padecer en carne propia.

En un principio solo iba a ayudar a Paco Jones a regresar a su país trepándolo sobre su globo aerostático. Pensaba dejarlo apenas cruzaran la frontera, pero el mensajero follaba tan delicioso que el viaje se fue prolongando por los aires hasta que, mientras ella inclinaba la mitad del cuerpo afuera de la canastilla y Jones la penetraba hasta el fondo, perdieron el control de la nave que se fue a estrellar contra el tren más temido de México, La Bestia.

Antes de quedar atorados en medio de un par de vagones, alcanzaron a ver cómo cuatro hombres trataban de abusar de una muchacha.

El impacto contra el tren fue muy duro. Todavía no entiende cómo se las arregló Paco para rescatar a Valeria de los cuatro violadores y lanzarlos a todos fuera del tren.

El papel de Carolina siempre había sido cruzar indocumentados no convertirse en uno de ellos en una travesía por el México profundo. Lo peor es que había perdido su globo aerostático y ya ni siquiera podía follar con el mensajero. Ella misma le había dado la bienvenida a Valeria y ahora, varias horas después, la muchacha se había instalado entre ellos con todos sus miedos y angustias dentro de la canastilla.

Con el aterrizaje forzado y los zarandeos, Paco Jones había perdido su ropa. Valeria no dejaba de mirar sorprendida el enorme miembro del mensajero con un hambre perruna. Descubrió que Carolina tenía también la mirada fija en el mismo objetivo. A las dos se les hacía agua la boca. De pronto, sus miradas se cruzaron y hubo entre ellas una conexión y una complicidad femeninas. Se sonrieron.

Se escuchó mucha algarabía entre todos...

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