Entregas en caliente / La mujer de los dos

AutorGuillermo Hérdez

Ricky y su novia, Amalia, se conocieron e una pizzería. Esto ocurrió cuando él tenía 18 años. Amalia abordó a Ricky, comenzaron a tocarse cuando el restaurante se quedó vacío, ella se subió a la mesa y él le llegó de frente. Follaron en esa posición durante media hora, besándose sin parar, hasta que terminaron exhaustos y él terminó sobre el abdomen de ella, en medio de espasmos incontrolables.

Y todo hubiera estado bien de no ser porque Inmaculado había estado enamorado en secreto de Amalia durante años. Por eso, aunque el sano hermano mayor de Ricky prefería las ensaladas, iba a comer a la pizzería casi diario.

Desde su mesa, Inmaculado contemplaba los ires y venires de la delgada y suculenta dueña de la pizzería. Aunque se resistía a mirarla con lujuria, apenas podía contener el seguirla con los ojos cuando caminaba y bajo su delantal sus largas piernas dejaban adivinar la hermosa oscuridad que había más allá de sus muslos.

Pero Imaculado había decidido llegar virgen al matrimonio. Así que decidió sólo ver a Amalia mientras tomaba el valor de hacerla su novia y, quizá, su esposa. Era un camino largo, pero valía la pena recorrerlo.

El problema comenzó un día que llegó tarde a la pizzería y la encontró cerrada. Algo, sin embargo, se movía adentro. Pegó la cara al cristal y entonces los vio: Ricky y Amalia tumbados en el piso. Ella sobre él, con la falda levantada, recibía los empellones salvajes de Ricky, gritando de placer.

Inmaculado apretó los puños y decidió vengarse. Y vaya si lo hizo.

En aquella época estaba profundamente enamorado de Amalia. Fue la primera mujer a la que quiso de verdad.

Y la primera que le rompió el corazón.

Un día, Ricky llegó a la pizzería para su encuentro de siempre, pero Amalia estaba como ausente...

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