Entregas en caliente / Mujer contra mujer

Paco Jones no entendió por qué su primera labor como director general de la empresa, consistía en acompañar a su jefe a su casa. El tipo se había acercado al ex mensajero con una sonrisa falsa de oreja a oreja y en voz baja, apoyando una mano en su hombro, le dijo como si se tratara de una declaración: -Necesito que me acompañes a mi casa. Hay un asunto muy delicado que debo tratar contigo.

Paco nada más asintió con la cabeza. Ése era un gesto que tenía regocijado a Callejuelas. El muchacho se limitaba a decir que sí a todas las propuestas que le hacía.

Callejuelas estaba consciente de la fama de latin lover de Jones. Bastaba con sacar la estadística de todas las mujeres a quienes les había entregado algún paquete, que exigían que siempre fuera Paco quien les entregara otra vez. Lo que desconocía era los nexos amorosos que tenía con Rebeca.

Ya en camino a Interlomas, Callejuelas no sabía cómo explicarle que necesitaba que Paco se follara a su mujer para hacerla regresar al camino "correcto" del sexo y así recuperar la normalidad en su casa. Un buen amigo le había recomendado que lo que su mujer necesitaba para dejar su lesbianismo, era una buena follada por un hombre y como a él, tenía varios años que nomás no se le alborotaba la hormona, pensó que la mejor solución sería Paco. Así que carraspeó su garganta antes de comenzar su petición.

-Mira, Paco, lo que necesito es que...Súbitamente, Callejuelas dejó de hablar, las imágenes de su mujer besándose con Rebeca sobre una mesa, en medio de la fiesta a los ojos de todos los ejecutivos, le arrebataron las palabras. En su lugar, las lágrimas comenzaron a escurrirle por las mejillas.

"Y ora qué hago con éste", pensó Paco Jones y se descubrió a sí mismo...

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