Entregas en caliente / Juegos de preparación

Natasha se envuelve en una manta y llora desconsoladamente. Ya lo han confirmado: utilizando intercambios de favores, la DEA la deportará a Moscú. Ahí, seguramente, los hombres de su padre o la mafia o cualquiera de los cientos de enemigos que tiene en Rusia la perseguirán sin descanso.

Y eso no es un buen plan para el futuro.

Le ayuda recordar la fortaleza y la bravura de Rebeca frente a los obstáculos de la vida. Deja de llorar, respira profundo y mira alrededor. ¿Puede escapar? Hay una ventana con barrotes de acero. Afuera, custodian nueve hombres armados, en tres turnos. Adentro, están los mandamás y otros cinco hombres armados. Para salir de ahí, la mejor opción es cruzar el jardín durante la noche, pero está la cuestión del muro: 8 metros de concreto, luego una malla electrificada.

No hay problema, se dice la hermosa rusa, he escapado de lugares más difíciles. Exactamente a las siete de la noche grita, pidiendo ayuda. Entran dos hombres armados a la habitación. La encuentran desnuda en la cama. La belleza de Natasha es impactante, su piel blanquísima, sus senos firmes y erizados, sus piernas gruesas y bien torneadas, el sexo húmedo. Se hace la dormida, hace como que grita en sueños. Los soldados bajan la guardia para mirarla en silencio.

-Tiene una pesadilla.

-No creo que le moleste si la miramos un ra... -la frase del agente se queda a medias. Con un solo movimiento, Natasha sujeta a los dos hombres del cuello y los desmaya. Desnuda a uno de ellos, comprueba la tremenda erección del pobre sujeto, pero no tiene tiempo de nada más. Se pone la ropa y sale del cuarto. Son las siete con ocho minutos. Sigilosamente, se deshace de otros dos guardias, baja las escaleras, sale al patio. Calcula el...

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