Entregas en caliente / Su nombre es Jones... Paco Jones

Paco Jones quiere comerse al mundo, aunque a sus veintidós años, a veces no sabe qué significa eso. Lo que sí le queda claro es que ganar dinero, buscar prestigio, subir de clase social o encontrar un buen trabajo que asegure su futuro, no está dentro de sus sueños. Esto lo tranquiliza porque de otra forma no encontraría la manera de justificar que lo hayan corrido de todas sus chambas y siempre por la misma razón: acostarse con cuanta mujer se topa. Así le sucedió cuando era cajero en un banco y terminó dentro de la bóveda de seguridad haciendo el amor con la gerente. Sin darse cuenta les cerraron la puerta y estuvieron revolcándose durante veinte horas sobre sacos de dinero. Lo mismo pasó cuando era mesero y la comida llegaba fría a las mesas porque Paco Jones terminaba en el baño limando con las comensales. Como distribuidor, no tardó mucho en adaptar un colchón en la parte trasera de la camioneta. Como sobrecargo tenía un amor en cada puerto que lo hacía perder el avión.

Paco Jones reflexiona y rápido concluye que no es que se quiera comer al mundo, sino más bien a todas las mujeres, ¿o será que ellas se lo quieren comer a él? Eso es algo que no queda muy claro. Paco Jones lo único que hace es estar dispuesto a que las cosas se den y como por arte de magia, se dan. De manera inexplicable, porque él, aunque correoso, astuto y atractivo, ni siquiera es muy guapo, ni muy fuerte, ni elegante, ni muy alto, ni tiene mucha labia y desde luego, no tiene dinero.

Al principio creía que esto le pasaba a todos los hombres, pero poco a poco se fue dando cuenta que no. Ahora todo lo adjudica a su buena fortuna. Sin embargo, sabemos que su sonrisa franca y...

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