Entregas en caliente / De hembras a hembras

AutorGuillermo Hérdez

Paco Jones acaba de rescatar al hijo de Giorgios Mikalopulus, el Toro de Creta. Sin embargo, el hombre que es considerado el mejor amante del mundo, ha decidido vengarse del rey de Grecia. No por nada fue él quien le arrebató a su vástago. A Giorgios no le importan las razones ni que haya varias mujeres desnudas bailando en torno suyo, a la espera de ser una de las elegidas que pasará la noche con él. No, Mikalopulus lo que quiere es venganza.

Por eso es que Giorgios comienza a hablar de cuatro yeguas maravillosas. A Paco le extraña un poco el tono. ¿Es posible que a alguien le interesaran tanto los caballos? Lo peor es que no tiene tiempo de enterarse de demasiado y tampoco es que le importe. La fama de Paco no llega a la del griego pero, al menos con él, no hay que esperar turno. Así que pronto Paco se deja llevar por la mano de una mujer hermosa, apenas cubierta por una brevísima tanga de hilo dental.

-Me vas a poder hacer lo que quieras siempre y cuando no me quites la tanga- le amenazó ella pícara.

No tuvieron que repetírselo. Paco no se tomó el tiempo ni para preguntarle su nombre. Al contrario, se concentró en ese cuerpo maravilloso, como de escultura (no por nada en toda Atenas había monumentos que ensalzaban las formas de la mujer). Pronto ya le estaba lamiendo las tetas, acariciándole las nalgas y besándola apasionadamente. Le gustaba la tersura de su piel, su suavidad. Sin embargo, algo no dejaba de resonar en su cabeza. Por eso, mientras jalaba hacia un lado el hilo dental para penetrar a la hermosa mujer griega, no pudo contenerse y le preguntó:

-¿Por qué son tan valiosas esas cuatro yeguas de las que habla Giorgios?

Paco Jones nunca ha sido...

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