Entregas en caliente / Cambio de timón

AutorGuillermo Hérdez

Ricky, ahora esclavo-escritor en un barco chino que se dedica a producir relatos para adultos, ha convencido a la violenta capataz Yun Me de que imiten aquella famosa escena de la película Titanic, que se paren juntos en la proa del barco mientras hacen el amor con los brazos abiertos. Y es que, aunque Yun Me no es especialmente cariñosa, la sola idea de imitar una de sus películas favoritas, aunque la vio en secreto, la excita mucho.

Así que allá van. En uno de los pocos descansos que tiene Ricky de su pesada labor de escritor, se desliza junto con Yun Me a la cubierta del barco y, sin ser vistos, van hacia la parte más extrema de la proa, en donde ya sólo queda una punta del casco metálico y luego la inmensidad del Océano Pacífico.

Yun Me se coloca delante de Ricky y abre los brazos, igual que la actriz Kate Winslet lo hacía en la película. La única diferencia es que Yun Me lleva una falda de tela tipo militar y absolutamente nada debajo más que sus perfectas nalgas y una tremenda humedad impregnada de sal.

Ricky, acostumbrado ya a esta posición, hace intentos por tener una erección decente. La verdad es que la emoción de estar aquí, en la orilla, sí lo prende un poco y gracias a ese extra de adrenalina penetra a Yun Me como si estuviera hecha de mantequilla, abriéndose paso con su cuchillo ardiente entre las piernas de aquella magnífica china que empieza a mover las caderas frenéticamente y deja que Ricky le agarra las tetas y le pide que le muerda la espalda.

Yun Me nunca había estado tan colaborativa y Ricky sabe que se debe, sobre todo, a que estar ahí, en esa parte del barco, es el cumplimiento de alguna oscura fantasía de la...

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