Entregas en caliente / La aventura del escape

AutorGuillermo Hérdez

Natasha, Ricky e Inmaculado están en una situación peligrosa. Están encerrados en un calabozo que, poco a poco, se está inundando. Para colmo, Natasha y Ricky no pueden pensar muy bien, pues acaban de follar como acostumbran: desprendiéndose de toda la mesura. De ahí que Ricky aún esté con el miembro tieso muy cerquita de las nalgas de Natasha. Le regresa un pensamiento recurrente: si voy a morir, lo mejor que me podría pasar es follándome a la mujer que más he amado en mi vida. Por eso coloca su erección en medio de esas nalgas. Sin embargo, Natasha está pensando en otra cosa. Lo aparta y busca sus ropas en el suelo. Están empapadas, pues el agua ya les llega a las rodillas. De todas formas las toma. Sólo su short y una blusita. Se los pone con trabajo. La humedad hace que la tela se le pegue en sus largas y blancas piernas. Lo mismo pasa cuando intenta contener sus tetas con la blusa elástica. Cuando por fin lo consigue, descubre que tanto Ricky como Inmaculado están absortos viendo el espectáculo de su cuerpo de diosa. Así que aprovecha y se da una vueltecita, para que le vean el trasero y luego choquen sus miradas contra sus tetas. El agua ya les llega a los muslos.

En el techo del calabozo hay una claraboya, desde donde entra la luz. Se ponen de acuerdo. Saben que no tienen muchas opciones. Si se dejan llevar por el agua, pronto flotarán y estarán al alcance de esa salida. El problema, es que tiene rejas. Habrá que ver qué tan bien agarradas están. Antes de que el agua les llegue a la cintura, Inmaculado toma una barra de fierro que encuentra en el piso. Si al menos la hubiera encontrado antes, podría haber forzado la...

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