Saúl y sus entrañas

La alquimia es un acto de transformar la materia en lo imposible y es algo de lo que pocos privilegiados suelen ser testigos.

Anoche, las cerca de mil personas que llenaron el Teatro Degollado vivieron en carne propia ese embrujo al ser transformados en alcohol y evaporados en el interior de Saúl Hernández.

También transitaron por las entrañas del músico y conocieron sus motivaciones más íntimas.

El caifán, el jaguar, el remador y el lector hicieron sentir su presencia en un recital de mas de 2 horas y media, repleto de elementos inesperados.

Factores como la cercanía, las declaraciones de amor al músico de parte de sus seguidores y una interacción constante de él con los presentes convirtieron el show en una experiencia memorable.

Ahí estuvieron sus recuerdos en "Antes De Que Nos Olviden", dedicada a su hermana que estuvo involucrada en el movimiento estudiantil de 1968; en "Miedo", en el que evocó a un amor fallido por culpa del temor; en "Adiós", donde se transportó al momento en el que estuvo frente al umbral de la muerte -su aliada y confidente- cuando estuvo enfermo.

Aparecieron también sus inspiraciones, y acompañado de una libreta de apuntes compartió poemas de Octavio Paz y Jaime...

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