Entra la calle a museo

AutorPatricia Cordero

Bajo puentes, bardas de panteones y postes de transitadas avenidas, los carteles que anuncian encuentros de lucha libre, conciertos de rock o bailes masivos de salsa y sonideros se han convertido en tatuajes de las calles.

Sin embargo su presencia resulta tan cotidiana que las personas apenas se percatan de ellos, por eso el artista visual Enrique Martínez Maurice los recupera en 20 piezas de collage que exhibe en la muestra Callejeros somos, abierta desde mañana en el Museo Nacional de Culturas Populares.

"En la calle los encontramos (los carteles), pero ya no les ponemos atención. Al estar en un museo cambia su significado y se les puede dar más valor", explica el creador.

Estos anuncios alrededor de la urbe adquieren significados distintos a partir de la intervención, voluntaria o no, de la gente que pega unos sobre otros o desprende fragmentos.

"Pero si ponemos atención se perciben mensajes implícitos; te das cuenta de que no han sido maniqueos, sino un trabajo colectivo de uno que pasó y le arrancó un pedazo, y otro pegó algo de una escuela de inglés, o buscando gente. Hay un diálogo espontáneo que se vuelve satírico", dice.

Con navaja en el bolsillo para poder despegar los carteles, Martínez Maurice recorrió de 2000 a 2004 la Ciudad de México y Cuernavaca, desde mercados y suburbios, hasta puentes y panteones, para luego crear un coctel gráfico entre palabras e imágenes extraídas de los anuncios.

Ejemplo de esto es Tlatelolco uga-uga, con la palabra "Tlatelolco" como encabezado, seguido de la cara de un gorila, la fecha del 2 de octubre y, además, una serie de fotografías de músicos que al artista le remitieron a las que se colocaron en 1968 para localizar a las víctimas de la masacre estudiantil.

La imagen cierra con el nombre de la Sonora Matancera, haciendo alusión, en una metáfora, a la sonora matanza que se dio en esa fatídica fecha.

"La historia y los elementos se conjuntaron en una interacción. Sorprende que las cosas aparezcan así, pero es una labor colectiva, y así se da en los muros", observa el también dibujante de historietas.

Martínez Maurice opina que estos carteles deben ser considerados documentos históricos, al reflejar la cultura popular y el tipo de consumo de diversión en determinada época.

"Son documentos que produce la gente en su momento, tienen una fecha, viven una circunstancia del País y son importantes. Debemos revalorar el trabajo de la calle y para ello necesitaríamos no ponderar tanto la pantalla...

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