Entender la violencia

AutorEnrique Osorio

Fosas clandestinas, decenas de miles de personas desaparecidas, cadáveres desmembrados, colgados, metidos en bolsas y con narcomensajes, el riesgo de mirar esta realidad con indiferencia o de intentar evadirla es latente.

La investigadora Rossana Reguillo lo sabe, y su forma de afrontar esta crisis humanitaria que atraviesa México y el mundo es analizarla, ofrecer conceptos para comprender lo que ocurre y narrar las historias detrás de las estadísticas.

Luego de un proceso que califica como doloroso y difícil, la profesora emérita del ITESO ve materializados años de investigación en su libro Necromáquina. Cuando Morir no es suficiente.

En este trabajo analiza la forma en la que los grupos criminales no se conforman con matar, sino que además se comunican a través de los cadáveres y generar terror.

Por años, entre sus intereses de investigación Reguillo ha revisado los miedos y las violencias, y conceptualizado sobre las dinámicas de poder de quienes las producen.

En 2011, para buscar entender la radicalización de las violencias de la mano del poder económico y el poder político, la profesora elaboró el concepto de "Narcomáquina", un dispositivo articulado por empresarios, políticos y delincuencia y potenciado por la pobreza bajo la lógica del neoliberalismo.

Pero con el paso de los años, y ante crímenes como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Reguillo se dio cuenta de que el concepto estaba rebasado, que ya no se trataba solo de acumular ganancias y controlar territorios.

"Yo arribo a la noción de 'Necromáquina' después de todo un trabajo hasta el 2018, fue un proceso muy, muy difícil, porque lo que fuimos viendo, sobre todo a partir del caso de Ayotzinapa, estos 43 jóvenes desaparecidos, el rostro desollado de Julio César Mondragón y todo, ya empezaban a hablar de otras formas de ejercicio de la violencia.

"Es en 2018 cuando ya yo digo el concepto de 'Narcomáquina' con el que yo había venido trabajando desde el 2011, ya no me resultaba, digamos, lo suficientemente potente para entender lo que estaba pasando", recuerda la académica.

"(La Necromáquina es) una máquina que no se satisface, tiene que destruirlo (el cuerpo), exhibirlo, mostrarlo para sembrar el terror, primeramente entre...

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