Para entender a los emos

AutorRebeca Herrejón y Cielo Mejía

Como si salieran de una revista de animaciones japonesas, algunos jóvenes de Guadalajara se tapan los ojos con su cabello y han adoptado la cultura emo como una forma de vida alterna, emotiva y funcional.

Andy, o "Casete" para sus amigos, tiene 16 años y desde hace tres se viste, escucha y actúa como emo. Lleva pantalones ajustados, una blusa con una calavera blanca y un casete colgado de una cadena plateada. El peinado es un fleco que cubre la frente y la mitad de sus ojos cafés.

Para ella, un emo es ser totalmente emocional, sin inhibiciones. Cuando está contenta, lo demuestra; si está triste escucha música emopunk o hardcore, cuyas letras reflejan los sentimientos que lleva por dentro.

"Somos niños que sufrimos de bipolaridad, pero es comprobado. Te podemos comprobar con un doctor que tenemos la enfermedad, que no es sólo una vestimenta por moda, que es en serio y que nuestra vestimenta refleja lo que sentimos", indica.

En sus brazos tiene marcas de cortadas, se las hace con una navaja pequeña cuando ya no puede soportar el dolor emocional. Dice que es su terapia.

Asegura que, si lo decide, en un tiempo puede dejar de ser emo. Sus amigos dicen que quien es emo nunca lo puede abandonar. Para ellos, ser emo es un estilo de vida y les enorgullece.

Síndrome bipolar

Muchos de los chicos que se dicen emos y bipolares desconocen las implicaciones de esta enfermedad siquiátrica y tampoco miden la sana distancia entre una identidad cultural y una alienación, indicó Francisco José Gutiérrez Rodríguez, director del Centro de Evaluación e Investigación Sicológica de la UdeG.

"La bipolaridad es una enfermedad tan incapacitante que empieza a afectar las diferentes áreas de la vida de una persona. Un trastorno bipolar puede llegar a una crisis suicida, afecta el área social, familiar, laboral, escolar, pero una cosa es tener rasgos bipolares a tener un trastorno bipolar", explicó el especialista.

De acuerdo con Gutiérrez Rodríguez, la cultura emo envolvía a jóvenes de 14 a 19 años, pero ahora hay niños de entre 11 o 12 años que ya comienzan a adoptar los accesorios y el look, aunque no conozcan la filosofía que subyace bajo la moda.

Los motivos para que estos chicos se refugien en los grupos de identidad son diversos, pero un entorno familiar disfuncional o la facilidad de establecer nuevas amistades suelen ser los más comunes.

Para Gutiérrez Rodríguez, los problemas de identidad sexual de los emos no son más que la consolidación de la misma, pues a...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR