Enrique Krauze/ En el país de la inmovilidad

AutorEnrique Krauze

Con el voto del 6 julio de 2000 los ciudadanos no concedieron un triunfo sino un empate. El mensaje pareció ser: ¿Quieren que creamos en la democracia? Bueno, pues practíquenla de verdad, es decir, aprendan el difícil arte de dialogar y negociar. La frase que el Presidente pronunció en su toma de posesión "El Ejecutivo propone, el Congreso dispone", era el epígrafe perfecto para ese mandato, pero por desgracia la tercera parte sexenio se ha ido como una exhalación, con un agregado lamentable: "el Congreso dispone ... que no".

Cualquier observador enterado del funcionamiento de una democracia normal sabe que los gobiernos divididos pueden desembocar, por momentos, en una situación de inmovilidad en torno a temas concretos, pero entiende que el Ejecutivo, en efecto, propone y el Congreso dispone ... aceptar o modificar cada propuesta. Sabe también que los votos no son uniformes: algunos demócratas votan contra un presidente de su partido y otros republicanos apoyan la iniciativa del presidente demócrata. Y sabe, por último, que los diputados responden a las lealtades no siempre compatibles de sus representados y su partido: en la duda a veces se abstienen, pero en general consultan con honestidad y responsabilidad la voz de su conciencia, no la de su ambición personal o su inamovible doctrina.

La situación que ha prevalecido hasta ahora en México es la del candado. Los supuestos de la oposición son obvios: se trata de sacar al PAN de los Pinos en 2006. El PRI quiere convertir su derrota en un paréntesis, un incómodo pie de página en la historia de su hegemonía. El PRD busca su turno en el poder. Para lograr ambos propósitos han bloqueado hasta ahora la posibilidad de que Fox saque adelante varias reformas que necesita con urgencia el país. Es posible que en el 2003 la táctica funcione y el ciudadano refrende su voto dividido. Como aún le concede un buen margen de crédito al Presidente, mantiene a los representantes de su partido; pero como también resiente los escasos resultados de la administración, vuelve a optar por un Congreso de oposición. Candado hasta 2006.

¿Se abre el candado? De ninguna manera. Imaginemos el escenario. Decepcionado con el desempeño de Fox, el ciudadano niega su voto al candidato presidencial del PAN, monta al país en la ola neopopulista de América Latina y le da la presidencia al candidato (o candidata) del PRD. Pero el mismo ciudadano (que no era arisco pero se hizo) duda de que el "cambio al cambio" funcione, y...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR