Enrique Krauze / Yucateco eminente

AutorEnrique Krauze

Don Silvio Zavala cumplirá cien años de edad el próximo 7 de febrero. Conquistador y misionero de la historia social, jurídica y espiritual de la América hispana, maestro de generaciones, ha sido un oficiante enciclopédico, severo, laborioso y lúcido de la historia patria. Ha recibido muchos reconocimientos. Le debemos uno más, del tamaño de su obra.

Estar en deuda con Yucatán es una vieja costumbre del altiplano. De ese polo excéntrico hemos recibido un legado perdurable: joyas arqueológicas de valor universal; tradiciones míticas y literarias, no inferiores a las de las grandes civilizaciones de Asia; casas señoriales de tiempos de la Conquista; elegantes ciudades y portentosas edificaciones conventuales, testigos silenciosos del virreinato; una cocina tan inconfundible y sutil como su paisaje, su música, su imaginación poética y su esmerada cortesía en el trato y la convivencia. Esas y otras bendiciones debemos a ese rincón del Sureste, pero en México nunca hemos tenido un presidente yucateco.

Esa desconfianza, anclada en una historia de dignidad, honra a Yucatán. Acaso por su densidad cultural, quizá también por su lejanía geográfica o por el descuido que resintió durante las primeras décadas de la era independiente -cuando debió librar sola guerras étnicas de una ferocidad y magnitud sin precedente-, Yucatán desarrolló una conciencia exacerbada de la libertad individual y de la propia gestión y administración de los asuntos del estado (que entonces comprendía las tres entidades de la península) que la llevó -en períodos de crisis- a afirmar su autonomía política separándose de la federación. Pero esa misma condición le permitió también realizar aportes extraordinarios a nuestra tradición jurídica como el Juicio de Amparo de Manuel Crescencio Rejón o los Códigos de Derecho Civil redactados por Justo Sierra O'Reilly. Y no sólo las leyes e instituciones liberales deben mucho a Yucatán: también las sociales. En respuesta a los aspectos más oscuros de su historia -como la marcadísima desigualdad entre la condición de la minoría blanca y la mayoría indígena, o el régimen esclavista de muchas de sus haciendas hasta bien entrado el siglo XX-, Yucatán sería escenario de algunos de los más profundos experimentos de reivindicación social ensayados por la Revolución, desde el Partido Socialista del Sureste de Felipe Carrillo Puerto hasta el reparto de tierras de Lázaro Cárdenas.

Con toda esa historia a cuestas, no es casual que Yucatán produjera...

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