Enrique Krauze / Todo, salvo fusilarlos

AutorEnrique Krauze

La escena ocurre en Tuscaloosa, Alabama, a mediados del 2011. La cámara recoge la vida de la familia Amaro: Ismael y Judith, que inmigraron hacia el año 2000, y sus tres pequeñas hijas, nacidas en Estados Unidos. Él se dedica a lavar piscinas. Ella a cuidar el hogar. Las niñas acuden a la escuela. Los domingos van a la iglesia, pero por lo general permanecen en la modesta casa de dos recámaras que Ismael ha construido. La rodea un diminuto jardín (con columpios) donde juegan futbol.

Meses atrás, una noticia terrible había cimbrado sus vidas: el Gobernador Robert Bentley firmaba la más severa ley contra los inmigrantes indocumentados de que se tuviera memoria, la HB 56. Entre otras cosas, ordenaba el cateo de escuelas públicas para verificar el estatus migratorio de los estudiantes, el arresto indiscriminado en la vía pública de personas y la criminalización de quien diese un "aventón" a un inmigrante ilegal. Para completar el cuadro de terror, en una entrevista en televisión, el representante republicano Mo Brooks culpaba a los inmigrantes de todos los males del Estado: colmaban las salas de emergencia de los hospitales, presionaban a los sistemas educativos y saturaban las cárceles. "Tratándose de los 'illegal aliens' -agregó, desafiante- haré todo lo que esté en mis manos... salvo fusilarlos".

Ismael y Judith no tuvieron más remedio que revelar a las niñas la verdad: ambos eran indocumentados. Y les advirtieron: "Es probable que su papi o yo no podamos regresar un día". "Su corazón se partió", recuerda Judith. "Me siento triste. No entiendo por qué no nos quieren aquí", dijo la mayor. La pregunta quedó en el aire. Y sigue ahí.

Tiempo después, un incidente provocó el congelamiento de la ley: un policía detuvo a un alto ejecutivo de la Mercedes-Benz que no llevaba consigo sus papeles. La compañía desató un escándalo y amenazó con cerrar la planta. Pero para la comunidad migrante de Alabama, la señal era clara: había que movilizarse para defender sus derechos humanos.

Ismael improvisó un estudio de radio por internet y comenzó a trasmitir un programa de orientación a los migrantes llamado Radio-Guarache. "Infórmense, lean, pregunten", les dice a sus escuchas. Por su parte, Judith se vinculó con otras mujeres para organizar reuniones de concientización. El sacerdote (joven americano dulce y caritativo) prometió proteger a su grey, al margen de raza, color o nacionalidad. Y hasta el...

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