Enrique Krauze / Blindaje democrático

AutorEnrique Krauze

En memoria de Tere Redo de Sánchez Navarro.

Hace apenas unos meses, las encuestas de Latinobarómetro (la empresa chilena que recoge el pulso de los tiempos en nuestro continente) mostraban el compromiso de una mayoría de los mexicanos con la democracia y una desconfianza proporcional con las alternativas autoritarias. Ahora los términos se han comenzado a invertir: si un régimen autoritario resolviese los grandes problemas nacionales, muchos compatriotas le darían la bienvenida.

Junto a ese peligroso fenómeno de desencanto, los focos rojos (o anaranjados, si se prefiere) aparecen por todos lados. Algunos sindicatos del sector público han refrendado su antigua vocación corporativa amagando el orden democrático con paros, manifestaciones y huelgas. La condición privilegiada de estos trabajadores con respecto a la vasta mayoría de los mexicanos, y la merma riesgosísima que sus regímenes salariales, de prestaciones y pensiones implica para el erario nacional y el bienestar social, no les impide verse (cínica o genuinamente) como la encarnación de esas mismas mayorías. Por ese solo motivo, su conducta es esencialmente antidemocrática: ponen los intereses particulares de sus agremiados por encima de los intereses generales de la nación.

En este sentido cobran gran importancia las palabras de don Lorenzo Servitje en Monterrey. Los llamó "parásitos de nuestra economía", señaló las "prestaciones y privilegios monstruosos" que gozan y puso en tela de juicio la renegociación de los contratos colectivos: "no hay que darles nada, absolutamente nada, al contrario, hay que quitarles". Es difícil imaginar una declaración menos políticamente correcta porque (en la fácil geometría ideológica) parecería que un patrón prominente ha tomado la bandera de la lucha de clases contra los trabajadores. Pero la verdad es otra. Servitje no es un beneficiario del Fobaproa ni hizo su fortuna al amparo de las concesiones oficiales. Es uno de los hombres más respetados de México no sólo por su éxito limpio y ganado a pulso, sino por su fe en la democracia y su obra de responsabilidad social. Su empresa ha dado empleo directo a decenas de miles de mexicanos (e indirecto a centenares de miles) por más de medio siglo. En los momentos álgidos de las últimas crisis económicas, Bimbo tomó la decisión inusitada de no recortar una sola plaza de su personal. ¿Hay algún intelectual doctrinario, de aquellos que claman por la multiplicación de los empleos mientras satanizan a la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR