Enrique Ibarra Pedroza/ Multas y podas

AutorEnrique Ibarra Pedroza

En lo que viene siendo una costumbre, nuevamente la nota de la semana la dio el Ayuntamiento de Guadalajara, y una vez más en sentido negativo. Pareciera que hay consigna entre los funcionarios de la Administración panista para ver quién hace o dice el mayor despropósito, y semana tras semana la contienda se recrudece. El premio de la semana anterior definitivamente se lo llevó el director de Medio Ambiente y Ecología, Salvador Cornejo, y por partida doble.

Al hacer del conocimiento público la política del Ayuntamiento en el sentido de multar a los ciudadanos que arrojen basura en el primer cuadro de la ciudad, lo que sin duda sería positivo de manejarse adecuadamente, el director de Medio Ambiente y Ecología del Ayuntamiento tapatío comentó con coloquial expresión: "si así no vas a entender, pues que te ahorquen o yo no sé qué estás haciendo en este rancho", proveniente de tan floridos labios, refleja lo menos imprudencia y una peligrosa vocación al autoritarismo.

Por supuesto que es importante el que se implementen políticas públicas para combatir el deterioro del medio ambiente y la pulcritud en las calles de Guadalajara. La otrora ciudad de las rosas no se merece el lamentable cuadro de basura en que la negligencia del Gobierno y la falta de educación cívica la han convertido.

Aun cuando la medida -multar al ciudadano- sea buena, en cuanto que permite ir creando, así sea de manera coercitiva, una conciencia cívica, en los hechos, y particularmente en lo que se refiere al monto por lo demás excesivo de la multa, atenta contra los preceptos constitucionales. Ciertamente la Constitución y el apego a ella no es una lectura y un hábito muy favorecido por la autoridad municipal, tal y como ha quedado evidenciado en hechos muy recientes, pero no harían mal nuestras autoridades en leer el Artículo 21 de nuestra Carta Magna, que después de otorgar a la autoridad administrativa la competencia para la aplicación de sanciones por las infracciones de los reglamentos gubernativos y de Policía, en su segundo párrafo a la letra dice "Si el infractor fuese jornalero, obrero o trabajador, no podrá ser sancionado con multa mayor del importe de su jornal o salario de un día". Ojalá y que la realidad de nuestro Estado fuera una donde un trabajador ganara diariamente los mil 800 pesos que el Ayuntamiento le cobra por tirar una colilla de cigarro al piso.

Repito, no se cuestiona la intención de limpiar las calles de nuestra ciudad; lo lamentable es que se...

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