Enrique Ibarra Pedroza/ El cambio intrascendente

AutorEnrique Ibarra Pedroza

Este 2 de Julio del 2002 no será tan vistoso para Fox como los dos anteriores. No suscitará el entusiasmo ni despertará tan hondas esperanzas, como hace dos años, tras el anuncio vespertino de las tendencias favorables a su causa y el posterior reconocimiento de Zedillo y Labastida. Tampoco evocará el sentimentalismo y la simpatía nada más por ser el cumpleaños 60 del Presidente, o incluso por ser el primer aniversario de su matrimonio con la ex vocera de la Presidencia.

Quizá lo más significativo de este 2 de Julio es que marca el inicio de una nueva campaña electoral: la que culminará en julio del 2003. Campaña que inicia con el handicap negativo de que más del 40 por ciento de los mexicanos considera que el país va por mal camino. Y nadie en el Gabinete parece recordar que 6 de cada 10 mexicanos no votaron por Fox y que hay alrededor de 70 millones de mexicanos en entidades gobernadas por otro partido distinto al PAN.

Los mexicanos que votaron por Fox hace dos años, según encuestas del Grupo REFORMA, esperaban en primer lugar disminuir la pobreza y la desigualdad social, 31 por ciento. En segundo lugar seguridad, combatir el crimen, 24 por ciento. En tercer lugar procurar un mayor crecimiento, 23 por ciento. Casi el 80 por ciento de las demandas se concentran en esos tres rubros que hasta el momento no se han solucionado, ni se ve que se hayan establecido acciones que tiendan a resolverlos.

Por el contrario en estos 18 meses Fox sí ha cumplido otros compromisos de campaña. Los que no son públicos, los que se negociaron a oscuras e incluso afuera del país, así hemos visto todo su empeño en cuestiones como la apertura al capital privado de Pemex y el sector eléctrico, el entregar al capital extranjero las telecomunicaciones, el gravar más a los de siempre y desgravar a los más ricos; e igualmente crear una legislación laboral nada favorable para los miles de trabajadores.

Los problemas de desorganización e ineficacia del régimen son pan de todos los días y han llevado ya hasta las más aventuradas e imaginativas opiniones de la crítica. La voluntad del Presidente, casi nadie se la discute pero todo mundo nos preguntamos si tendrá método y una clase política dispuesta a apoyarlo para sacar adelante sus promesas.

Día a día vemos como la paz en Chiapas sigue siendo sólo una buena idea, como las reformas cruciales como la fiscal y la eléctrica siguen sin caminar en San Lázaro. Hasta, los Head Hunters que le armaron el gabinetazo ya no presumen...

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