Enrique Dussel Peters/ ¿Qué tan lejos estamos de Argentina? ¿Qué tanto es tantito?

AutorEnrique Dussel Peters

Sería demasiado simplista destacar para el caso argentino exclusivamente la incapacidad de los sectores públicos y privados de servir su deuda externa, la cual ha aumentado de alrededor de 62 mil millones de dólares en 1990 a más de 150 mil millones en el 2001, siendo que la privada aumentó en más de 15 veces durante el mismo periodo. Detrás de la "quiebra" de la economía argentina nos encontramos con una impresionante destrucción del aparato productivo argentino, reflejado tanto en el crecimiento del PIB y una recesión que ya ha durado más de 42 meses: desde julio el PIB de la economía cayó en un 11 por ciento y el desempleo a llegado a niveles cercanos al 20 por ciento; adicionalmente el peso de las manufacturas sobre el PIB total ha caído de 29.5 por ciento en 1980 a 17.6 por ciento en el 2000, mientras que las inversiones /PIB se desplomaron en más de un 10 por ciento durante el mismo periodo.

La estrategia macroeconómica seguida en Argentina desde inicios de los 90, basada en una ortodoxa y estricta implementación monetaria y hacendaria, seguramente ha agudizado estas tendencias. En el centro del debate actual sin embargo, se encuentra la convertibilidad fija del peso argentino con el dólar. El uso del tipo de cambio como "ancla antiinflacionaria" ha logrado controlar el nivel de precios a costa del aparato productivo y la generación de empleos y salarios de calidad.

Ante la ineficiencia del sector bancario, con bajos niveles de capitalización, la situación actual no tiene soluciones simplistas en el corto plazo: una devaluación del peso argentino implicaría -considerando que más del 75 por ciento de los créditos se han otorgado en dólares- una masiva quiebra de privados y Bancos. Actualmente, una de las principales encrucijadas, y la gota que derramó la paciencia social y de las clases medias, es el futuro paradero de los depósitos bancarios, los cuales han sido prácticamente "congelados". El acceso del público a sus depósitos, en el corto plazo, pudiera generar una masiva corrida y la quiebra del sistema bancario; continuar congelando estos depósitos, por otra parte, aumentaría en gran medida el malestar social y es previsible que se agudicen los alzamientos sociales. Argentina se encuentra entonces en la encrucijada de una serie de decisiones sustanciales para su futuro: ¿devaluar y enfrentarse a un problema de quiebras generalizadas?; ¿continuar con la paridad fija a costa del sector productivo, empleos y salarios?; ¿continuar...

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