Enrique Díaz-Infante Chapa / Pensiones, 'bola de nieve'

AutorEnrique Díaz-Infante Chapa

El pago de las pensiones está significando una presión incremental muy fuerte para las finanzas públicas. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda, presentadas en la Exposición de Motivos del Presupuesto de Egresos de la Federación 2017, el gasto en pensiones y jubilaciones está creciendo 7.8 por ciento real cada año. Esto equivale al 3.5 por ciento del PIB en 2017 y se espera sea del 4.4 por ciento para 2022.

En su conjunto, a decir del Actuario Francisco Aguirre (Pensiones ... ¿Y ahora que?, 2015) el pasivo laboral equivale a 120 por ciento del PIB. De esta cifra, 89 puntos porcentuales corresponden al pago de 6 millones de trabajadores del sector público y los restantes 31 puntos son para el pago a 15 millones de asegurados del sector privado. Estas cifras exhiben no sólo el peso del pasivo laboral para las finanzas públicas, sino la injusticia en su distribución.

Por si fuera poco, dichas cifras no consideran el costo de los sistemas de pensiones a nivel subnacional y que representan una auténtica caja negra. Casi la totalidad de éstos están bajo el esquema de beneficios definidos y con cargo al Estado. No sabemos cuántos son, lo que cuestan y si están debidamente fondeados conforme a estudios actuariales. Lo más seguro es que no.

A fin de detener esta bola de nieve, urge una reingeniería al sistema de pensiones a fin de hacerlo sostenible, equitativo y de cobertura universal. Para tal efecto, se debe lograr que los trabajadores del Estado y aquellos que pertenecemos a la generación de transición -los que empezamos a cotizar antes de 1997- nos movamos a un esquema de contribuciones definidas (Afores). Pero no sólo eso, también se requieren cambios al esquema de las Afores, para que éstas generen pensiones suficientes y dignas.

Los que pertenecemos a la generación de transición, actualmente podemos optar por jubilarnos con cargo a nuestra Afore o al erario. Considerando que la tasa de remplazo (el monto de la jubilación como porcentaje del último sueldo) es de entre 21 y 26 por ciento -en el mejor de los casos- no me imagino que exista mucha gente a la que les resulte más redituable jubilarse con el monto de su Afore. La mayoría optaremos por entregar al IMSS los recursos acumulados en nuestra Afore a cambio de una pensión universal cuyo tope es de hasta 25 salarios mínimos. ¡Una auténtica sangría a las finanzas públicas!

Dada la insostenibilidad para las finanzas públicas...

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