Enrique Bunbury tras bambalinas

AutorEduardo Castañeda

El Enrique Bunbury que se para en el escenario, ese cantante que aparenta vanidad y realiza poses extravagantes, es exactamente lo contrario tras bambalinas: jovial, juguetón, y con muchas historias por contar.

El ex líder de Héroes del Silencio, el grupo de rock español más exitoso de todos los tiempos, y ahora un solista consagrado, pasó dificultades en su niñez y en su adolescencia, primeramente para hablar, y posteriormente para dedicarse a la música.

De visita en la ciudad para un concierto de Rock en Ñ, ese hombre delgado, de rasgos finos, cabello enmarañado y con dos arracadas en cada oreja, comentó que era tal su timidez cuando niño, que no pronunció una palabra hasta que tuvo 4 años.

Sus padres, obviamente, lo llevaron al médico porque pensaban que tenía algún problema.

"Mi teoría ahora es que no tenía nada importante que decir. ¡Y mira!, ahora digo muchas cosas que no son nada importantes, y las suelto a borbotones", indicó entre risas.

Enrique, como gusta que le llamen, es originario de Zaragoza, una ciudad de 500 mil habitantes al Norte de España. Podría decirse que ha sido la segunda figura importante que ha nacido en dicho pueblo, sólo detrás de Luis Buñuel, a quien profundamente admira, sobre todo en su sentido del humor.

De su niñez, Enrique se mostró reacio a comentarla, limitándose a decir que fue un niño como cualquier otro, pero sí habló de su "infancia" musical.

Revoloteando con las manos, cuyas uñas cubre de esmalte rosa, Enrique recuerda que sus primeros pasos en la música fueron un tanto inciertos, pues sus padres, conservadores, no querían que él se dedicara a la música.

Pero cuando comenzó a ganar "plata", las cosas cambiaron. Y para bien.

"En mi ciudad, ningún músico, nunca en la historia había sacado un disco", comentó. "Y los entiendo (a sus padres), ellos finalmente querían ver que me ganaba la vida con algo... aunque no fuera 'honrado'".

En perspectiva, el intérprete comentó que su carrera como músico ha evolucionado lo suficiente, pero que comparado a figuras de la talla de Bob Dylan o John Lennon, es un aficionado queriendo componer canciones.

"No soy un genio, hay mucha gente que lo hace mejor que yo, pero creo que mal no se me da", expresó.

Profuso seguidor del rock en español, Enrique guarda especial cariño por México, del cual le gustaría conocer más de su antropología, la comida, sus mujeres y su música.

"Siempre está José Alfredo (Jiménez) para quitarse el sombrero y decir -mis respetos-".

Con ya casi...

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