Enluta a brasileños incendio en discoteca

AutorAlberto Armendáriz

Corresponsal

RÍO DE JANEIRO.- Conmocionado quedó ayer Brasil ante el horror de un incendio en una discoteca en la ciudad de Santa María, estado de Río Grande do Sul, donde al menos 231 personas murieron.

La mayoría de las víctimas fallecieron por asfixia o aplastamiento por la multitud cuando intentaban escapar de una fiesta que terminó en una de las peores tragedias de este tipo en el país.

La desgracia obligó a la Presidenta Dilma Rousseff a regresar a su país de una cumbre en Chile y decretar tres días de luto.

Ni bien aterrizó en la base militar de Santa María, la Mandataria se dirigió al Hospital de la Caridad, donde visitó a algunos de los heridos que eran atendidos en la ciudad.

De acuerdo con testimonios de los sobrevivientes, entre los que hay 108 heridos, el fuego se inició a las 2:30 horas, tiempo local, cuando una banda que tocaba en la discoteca Kiss desplegó una bengala que lanzó chispas por lo alto y alcanzó la espuma de aislamiento acústico en el techo.

"Los integrantes de la banda Gurizada Fandangueira, que tocaban en ese momento y encendieron el aparato que provoca las chispas, intentaron primero apagar las llamas con agua y después con un extintor. No sé si consiguieron prender el extintor, pero el fuego y el humo se expandieron rápidamente", contó Ingrid Goldani, empleada de la discoteca ubicada en el centro de la ciudad, de unos 260 mil habitantes, y que se encuentra a unos 300 kilómetros al oeste de la capital estatal, Porto Alegre.

Las llamas y la humareda generaron pánico entre el público, compuesto mayoritariamente por cerca de mil jóvenes de entre 18 y 22 años, estudiantes de la Universidad Federal de Santa María, quienes habían organizado la fiesta.

Ante la estampida hacia la salida de emergencia y la puerta principal, los encargados de la seguridad del local bloquearon los portones; creyeron que había habido una pelea o que había personas que intentaban irse sin pagar.

"Los vigilantes de la discoteca inicialmente cerraron las puertas y no permitieron una rápida evacuación. Eso provocó aún más pánico y tumulto", informó el comandante del Cuerpo de Bomberos local, Guido de Melo.

Las luces se apagaron, y mientras una multitud desesperada se amontonaba en las puertas, donde la gente era empujada y pisoteada, muchos jóvenes corrieron hacia los baños en busca de aire y de otra salida que nunca hallaron.

"Casi la totalidad murió por asfixia. En la desesperación por salir, entraron al baño donde las encontramos apiladas...

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