Los enigmas del amor

AutorEsther González Jacques

Enviada

VALLE DE BRAVO.- Además de los atractivos culturales, arquitectónicos o naturales de las ciudades y los pueblos, las leyendas resultan interesantes para quienes los visitan. Y Valle de Bravo también tiene la suya.

A mediados del siglo pasado, dos jóvenes vallesanos, de quienes no se especifica el nombre para que cualquier habitante de aquella población se identifique con la historia, si es el caso, se enamoraron profundamente.

Era la pareja más conocida de la localidad por la miel que derramaban. En esa época, los matrimonios se efectuaban casi al cumplir los 20 años, pues era costumbre que desde temprana edad se formara una familia.

Fijaron la fecha de la boda. Tres meses antes del enlace, el joven comenzó a preocuparse por lo que le ofrecería a su amada. Quería brindarle lo mejor y partió a la capital para obtener un buen trabajo y formar un patrimonio.

Ella quedó en espera de su regreso, organizando la boda pese a que no recibía noticias de su novio, carta ni telegrama que le hiciera saber si estaba bien. Todos los días, la chica lloraba al pie de una caída de agua que forma la vertiente del río San Juan.

La fecha fijada para la unión pasó, y los rumores de que el novio tal vez se había ido a Estados Unidos crecieron. Una noche, desolada por el abandono, la chica se lanzó con su vestido de novia por aquel salto de agua de 35 metros de altura, al que continuamente iba a pasear su tristeza.

Desde ese día, el afluente incrementó su volumen y tomó la forma de un velo de novia, creando, con...

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