Enfrentará Halloween etapa de madurez como luchador extremo

Gabriel Cruz

CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 26 (EL UNIVERSAL).- El maquillaje en el rostro de Halloween, no es suficiente careta para ocultar las cicatrices que una vida de azotones y violencia han dejado en su piel. Pero su cara no acapara lesiones en su cuerpo, prácticamente no hay un centímetro de ella libre de raspaduras, son más de treinta años de encarar el peligro y nada lo ha rendido.

"Es por pasión que sigo aquí", afirma el de Tijuana, quien alcanzó su clímax con los Perros del Mal y fue capaz de rapar a figuras de la talla de Bestia Salvaje y Brazo de Plata, hoy, luce cansado, pero sin ganas de irse. "La lucha libre me está cobrando factura, ando con un hombro roto y el otro desgarrado, tres vértebras del cuello lastimadas".

Aunque sabe que en cada nueva cita con el enlonado el riesgo crece, le han advertido que un mal golpe lo podría dejar parapléjico, "me moriría si dejo de luchar. Pensé que no me quedaba mucho tiempo en la lucha libre, pero los avances me han ayudado a creer".

Hace tiempo pacto un adiós con el destino y...

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