A enfrentar la justicia

Después de tres años y once meses preso en Brasil, Sergio Andrade llegó anoche a Chihuahua para ser juzgado por las denuncias de violación, secuestro y corrupción interpuestas por los papás de la corista Karina Yapor, proceso que, declaró, espera que se apegue a la Constitución.

Sergio Andrade pidió anoche a las autoridades judiciales del Gobierno mexicano que el juicio que enfrentará en Chihuahua, por corrupción de menores, esté apegado a derecho y ajeno a intereses particulares.

Durante una breve presentación ante los medios de información, presentes en el hangar de la PGR del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, afirmó que su estancia de casi cuatro en Brasil no fue para tratar de evadir a la justicia, sino obedeció a "preocupaciones" por el entorno político que existía en la entidad y en todo País.

"Los tres años y 10 meses que permanecí en la cárcel allá en Brasil, en algún momento señalamos la preocupación de venir aquí, no como un recurso para escapar de la justicia, sino simplemente por la preocupación. Eran momentos muy delicados en el estado de Chihuahua políticamente, era la proximidad de las elecciones, problemas de mi hermano (el ex diputado federal Eduardo Andrade) a nivel político, la campaña de TV Azteca tremenda que hizo contra nosotros, inclusive personas de TV Azteca yendo a trabajar después como promotores del estado de Chihuahua y la amenaza misma de muerte al llegar al estado de Chihuahua que nos hizo intentar permanecer en Brasil la mayor cantidad de tiempo posible.

"Ahora, en este momento vengo llegando de Brasil e hice un comentario, porque alguien me preguntó qué espero, espero lo que cualquier persona esperaría en mi lugar, tener justicia, no a través de una condenación de los medios, no a través de una campaña de una empresa como Televisión Azteca, en mi contra, en contra de Gloria o de María; espero Justicia, en apego a las leyes y en apego a la Constitución, nada más, no pretendo otra cosa", aseveró.

Afirmó que durante su traslado desde Brasil fueron respetados en todo momento sus derechos humanos y recibió buen trato por parte de los Agentes Federales de Investigación.

"Quiero decir, como lo externé hace un momento a los compañeros de la AFI que fui extraordinariamente bien tratado en el avión, mucho mejor que como era yo tratado allá en Brasil. Les dije que si hubiera sabido de este respeto no habría ese temor que existía en un principio; (hubo) un respeto absoluto y un trato de caballeros en todo...

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