Enfría Modelo orgullo nacional

AutorMonserrat Bosque

MÉXICO.- "La cerveza es Corona"...pero su sabor ahora es más amargo, para algunos de sus empleados.

Atrás quedaron los días en los que los Fernández, socios de la empresa, visitaban algunas veces al año aquella planta y recorrían las líneas de producción siempre con un trato cordial hacia los empleados que se encontraban a su paso.

La planta en la Colonia Anáhuac, de la Ciudad de México, tiene 37 mil 323 empleados y 25 por ciento de las operaciones están automatizadas, según fuentes cercanas a la cervecera.

"Es sabido que la empresa tiene políticas de recortar personal cuando llega a un país nuevo, no se me haría raro que lo hicieran aquí también, y de hecho sí ha habido algunos -recortes- aunque creo que no a nivel de operarios", señaló Juan, operario de la planta.

En una visita a las instalaciones comentó que la incertidumbre impera entre los empleados, pues temen que el cambio de la administración los afecte.

"Podría no pasar nada, pero sí hay muchos rumores de que van a despedir a mucha gente, dicen que no trabajan tampoco con sindicatos; la verdad es que todavía no sabemos nada, pero sí creo que va a haber muchos cambios", dijo.

Su temor tiene sustento. En 2008, cuando AB InBev tomó Anheuser Busch, por 52 mil 200 millones de dólares, inició un recorte de mil 400 empleos en Estados Unidos, vendió activos no estratégicos y redujo costos operativos para recuperar la inversión y buscar eficiencias en la operación.

El olor a cebada que impregna el ambiente de la Colonia Anáhuac y la fachada de la fábrica de cerveza, son los rasgos característicos de esta planta de Lago Alberto, que en abril de 2013 pasó a manos de la empresa belga AB InBev.

"Yo conocí a Carlitos Fernández -quien fuera presidente del Consejo de Administración de Modelo- cuando todavía era estudiante.

"Fue una vez a visitar la fábrica, nos saludó a todos los que estábamos ahí, y hasta me preguntó si tenía hijos. Le conté que mis hijos también estudiaban en la universidad y me dijo que cuando se graduaran tendrían las puertas abiertas para trabajar en la empresa", cuenta en entrevista don Elías, quien trabajó en la planta durante 43 años.

Aunque en la actualidad el trato es cordial, añadió, se mantiene lejos de la cercanía que significaba estrechar las manos de los dueños de la empresa y de la sensación de trabajar en una compañía familiar.

"Se preocupaban mucho por el desarrollo de las personas, era un trato muy humano, más familiar; el espíritu humano no ha cambiado, tienen...

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