Enfoque natural
| Autor | Tonatiúh Rubín |
Con miras a contribuir en su conservación, jóvenes fotografían distintos animales. Conoce las historias de los ganadores del concurso "La biodiversidad mexicana a través del lente de la juventud", convocado por la Delegación de la Unión Europea en México.
INSTANTE DECISIVO
Unos segundos bastaron para que Jesús Antonio Moo Yam lograra capturar a un jaguar en foto, misma que fue acreedora del primer lugar del certamen.
En compañía de una colega buscó a este depredador en la Reserva de la Biosfera Calakmul, en Campeche. Casi al darse por vencidos, lo avistaron mientras cruzaba una carretera.
"Asomó la cabeza solamente unos segundos para vernos. Tuve el instinto de alzar la cámara, no miré ni el exposímetro, solamente disparé la cámara", recuerda.
Cuando tenía 17 años, arrancó su carrera como fotógrafo, misma que lo ha llevado a recorrer países de América Central y Sudamérica.
A sus 28 años, aprovecha sus estudios en Biología, con énfasis en aves, para fotografiar animales en zonas de conflicto y los resultados del tráfico ilegal de especies.
"La fotografía de naturaleza involucra un poco de suerte porque es muy dinámica", destaca, "son momentos que no sabes cuánto pueden durar, ni cuándo o dónde van a pasar".
+ Primer lugar: "Mirada al futuro en medio de la pandemia"
+ Mención honorífica: "Carrera al cambio climático"
Para iniciarse
A quienes quieran tomar fotografías de especies en sus ecosistemas aconseja:
+ Practicar con diferentes objetos en movimiento y condiciones de luz.
+ Saber las limitaciones del equipo para llevarlo al límite.
+ Respetarlas: no hay que acercarse demasiado ni interrumpirlas.
"La fotografía de conservación (...) transmite un mensaje más fuerte".
Jesús Antonio Moo Yam
Instagram: @mooyam_photo
VIAJE AL ABISMO
Bajo el agua, a una gran profundidad, viven los ctenóforos, animales marinos de apariencia similar a las medusas que Frida Yolotzin Jonguitud retrata con su cámara en Cozumel, Quintana Roo.
Para sumergirse durante la noche, debe arrojar luces muy potentes al mar Caribe.
"Parecen una nave espacial. Yo no tengo ningún miedo a las profundidades y se siente como estar en el espacio, porque no hay nada alrededor de ti. Estás flotando en el negro absoluto", comparte la joven de 28 años.
Mientras estudiaba Biología en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, ella fotografiaba insectos. A los 19 años, se decantó por la vida submarina tras convertirse en instructora de buceo.
"La única forma de cuidar a las especies...
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