Enferman los presos de violencia

AutorHenia Prado

Los reclusos de las cárceles capitalinas tienen una enfermedad difícil de sanar con medicamentos: la violencia.

Según cifras de la Secretaría de Salud local (SSDF), los golpes y riñas son el segundo motivo de consultas externas en los penales, superado por las infecciones respiratorias.

El informe indica además que, durante el 2007, las policontusiones representaron el 29.2 por ciento de las 2 mil 814 urgencias en todos los reclusorios; las heridas penetrantes, el 21.2 y las fracturas, el 11.6.

"Por sus características la mayoría de los conflictos entre internos se arreglan por medios violentos, no hay un diálogo o éstos son pobres", explica David Ordaz, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE).

Actualmente existe una población de cerca de 35 mil internos; tan sólo en el Reclusorio Norte y Oriente hay más de 10 mil personas en cada uno, lo que provoca que en ocasiones en una celda para seis hombres tengan que dormir hasta 20, originando un problema de salud pública.

"Al existir hacinamiento, hay riesgos de violencia. Cuando un individuo es encerrado empieza a sufrir una transformación en sus hábitos, en su forma de vestir, de interrelacionarse, provoca una pérdida de identidad que lo puede llevar a estadios violentos", indica el especialista.

Según un informe del GDF, de enero a julio del año pasado en los reclusorios se registraron cuatro muertes violentas, 13 suicidios y 152 riñas.

"Muchos individuos pierden a su familia; esa tristeza puede generar la búsqueda de nuevas emociones o formas de encontrarle un sentido a la vida y muchas de ellas son el estatus jerárquico en la prisión que sólo se consigue a través de la fuerza, de la violencia", describe...

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